En "El mal de Corcira", Lorenzo Silva nos sumerge en el décimo caso de la aclamada saga de Bevilacqua y Chamorro, una pareja de investigadores de la Guardia Civil que se enfrenta a un crimen con profundas raíces en el violento pasado del terrorismo en España. El hallazgo de un cuerpo desnudo y brutalmente asesinado en una remota playa de Formentera pone en marcha la maquinaria de la investigación. La víctima, un hombre de mediana edad y origen vasco con un pasado condenado por colaborar con ETA, complica el caso desde el inicio.
Bevilacqua, conocido por su sagacidad y experiencia, es llamado especialmente para encargarse del caso debido a su conocimiento del País Vasco, donde trabajó en la lucha antiterrorista tres décadas atrás. Acompañado por su fiel equipo, debe viajar a Guipúzcoa para desentrañar los misterios que rodean al asesinato. Allí, no solo tendrá que enfrentarse a la desconfianza y reticencia de los locales, sino también a los fantasmas de su propio pasado, recordando los días sombríos de conflicto entre conciudadanos.
Siguiendo pistas que lo llevan desde luminosos días en Ibiza hasta oscuros secretos en el País Vasco, Bevilacqua se ve obligado a reflexionar sobre las ironías del destino: ¿se convierte uno en aquello contra lo que lucha? Esta pregunta resuena a lo largo de la novela, proporcionando una mirada introspectiva sobre la naturaleza humana y la moralidad dentro del marco de la ley y el orden. El subteniente debe lidiar con la complejidad de sus decisiones pasadas y las repercusiones en el presente, mientras intenta mantener la objetividad para resolver el caso.
"El mal de Corcira" es mucho más que una simple novela de misterio; es una exploración profunda del alma humana, del legado del terrorismo y de las cicatrices que deja en quienes se han visto involucrados directa o indirectamente. Silva, con su estilo narrativo envolvente y detallado, no solo construye un thriller apasionante, sino que también invita a los lectores a una reflexión crítica sobre la historia reciente de España y sus sombras largas y persistentes. Esta entrega, posiblemente la mejor de la saga, es una lectura obligada para los aficionados al género y para aquellos interesados en las repercusiones humanas y sociales de la violencia política.