En "El mundo de ayer. Memorias de un europeo", Stefan Zweig ofrece un relato conmovedor y profundamente personal de su vida y de la Europa que lo rodeaba, desde la tranquilidad de la era prebélica hasta la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Este trabajo autobiográfico, escrito en sus últimos días de exilio y publicado póstumamente en 1942, no solo detalla la vida del autor, sino que también pinta un panorama de la sociedad europea durante uno de sus períodos más turbulentos.
Zweig comienza su narración en la Viena de finales del siglo XIX y principios del XX, una época que él describe como la "edad de oro de la seguridad". La obra explora la estructura social y cultural de Austria-Hungría bajo el reinado del emperador Francisco José I, destacando tanto las virtudes como las deficiencias del sistema, como la estabilidad proporcionada por las reformas del bienestar y la opresión sexual y social que aún pervivía. Zweig ofrece un vistazo al sistema educativo, la moral sexual de la época y la vida cotidiana que, en retrospectiva, parecen casi idílicas comparadas con el caos que seguiría.
El libro también detalla la propia carrera de Zweig y su desarrollo intelectual, influenciado por figuras como Theodor Herzl y Sigmund Freud, este último descrito especialmente durante su amistad en Londres. A través de sus interacciones con estas personalidades, Zweig teje una red de influencias y eventos que moldearon su pensamiento y escritura. A pesar de su tono a menudo reservado, el autor no esquiva los temas difíciles, como el creciente antisemitismo en Europa, aunque se abstiene de profundizar en su propia identidad judía.
Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, Zweig describe el colapso del mundo que conocía y cómo la "ferviente fe en el ser humano" se perdió en las trincheras del conflicto global. La segunda mitad del libro refleja su desilusión y desesperanza mientras observa el ascenso del nazismo y la eventual anexión de Austria por Alemania, eventos que lo llevarían al exilio. Este período de su vida está marcado por una profunda tristeza y una pérdida de la fe en el progreso, temas que recorre con una mezcla de nostalgia y dolor crítico.
"El mundo de ayer" no es solo una memoria personal, sino un documento histórico que captura la esencia de una era europea que Zweig consideraba perdida. A través de sus páginas, el autor no solo relata su vida sino que también ofrece una crítica a la cultura y política de su tiempo, dejando un legado literario que sigue siendo relevante para entender los complejos tejidos sociales y políticos de la Europa del siglo XX.
