El profesor, la primera novela de Charlotte Brontë, nos sumerge en la vida de William Crimsworth, un joven decidido a forjar su propio destino lejos de la tiránica influencia de su familia aristocrática. La historia comienza con William rechazando el tradicional camino de convertirse en clérigo y casarse con una prima, optando en su lugar por seguir el camino del comercio, como su padre y hermano. Sin embargo, al trabajar para su hermano, es tratado con desprecio y humillación, lo que lo lleva a buscar nuevas oportunidades en el continente europeo.
En Bruselas, William consigue un puesto como profesor de inglés en un internado masculino, y más tarde, en sus horas libres, también enseña en un colegio femenino. Aquí, Brontë explora las complejas dinámicas de poder y las sutilezas del lenguaje erótico entre quienes detentan la autoridad y quienes se encuentran en posiciones de sumisión. William, con su carácter íntegro y aguda percepción, navega por estas intrigas con una mezcla de sentido común y principios inquebrantables.
La narrativa de Brontë se enriquece con una variedad de personajes bien delineados, como el manipulable director del colegio y la astuta directora femenina, quien intenta influir en William con su brillantez y ambición. Sin embargo, es la joven Frances, una huérfana que comparte con William la aspiración de superar la pobreza, quien captura su atención. Frances, con su firme determinación y claridad de pensamiento, ofrece un contrapunto romántico y auténtico a las maquinaciones del entorno que los rodea.
La novela también se erige como una crítica mordaz a la sociedad del siglo XIX, cuestionando las concepciones masculinas sobre las mujeres y exponiendo los prejuicios y afectaciones de una sociedad rígida. A través de la voz introspectiva de William, el lector es guiado por un paisaje emocional y social donde la ética del trabajo y la fidelidad a los propios principios son esenciales para navegar en un mundo opresivo.
A pesar de los ocasionales prejuicios culturales presentes en el texto y los extensos discursos sobre deberes y valores humanos, El profesor ofrece una mirada penetrante sobre la perseverancia y la integridad personal. La narrativa en primera persona de Brontë permite una conexión íntima con el protagonista, haciendo de esta obra un testimonio atemporal de la lucha por la independencia y la autenticidad en un entorno adverso.