"El resurreccionista", una obra de terror gótico del renombrado autor escocés Robert Louis Stevenson, sumerge al lector en las sombras de Edimburgo en el año 1831. Este cuento, que originalmente apareció bajo el título "The Body Snatcher" en la Pall Mall Gazette en diciembre de 1884, explora los límites morales y éticos a los que se enfrentan los estudiantes de medicina en una época donde la ciencia buscaba desesperadamente cadáveres para el estudio anatómico.
La narrativa comienza con Donald Fettes, un joven proveniente de un pueblo pequeño, que se traslada a Edimburgo para estudiar medicina bajo la tutela del Dr. MacFarlane, un cirujano de renombre. La trama toma un giro oscuro cuando Fettes se ve envuelto en el macabro mundo del tráfico de cadáveres. Junto a MacFarlane y el inquietante cochero John Gray, se sumerge en la profanación nocturna de tumbas y, eventualmente, en crímenes aún más nefastos para obtener cuerpos frescos destinados a la disección.
Stevenson no solo construye una atmósfera de horror gótico, sino que también desafía al lector a cuestionar la moralidad de las acciones de Fettes. Aunque inicialmente reticente, el joven estudiante pronto se ve atrapado en una red de justificaciones éticas y necesidades científicas, reflejando las complejidades morales que enfrentaban los médicos de la época. Este cuento no solo es un relato de terror, sino también una crítica a la sociedad victoriana y su a menudo hipócrita relación con la ciencia y la moral.
A través de "El resurreccionista", Stevenson explora no solo los oscuros callejones de Edimburgo sino también los aún más oscuros recovecos de la psique humana. El relato, enriquecido con diálogos tensos y descripciones vívidas, mantiene al lector en vilo hasta un final que es tanto sorprendente como inevitable. Este cuento es un testimonio de la habilidad de Stevenson para entrelazar lo macabro con lo moral, y lo hace con una maestría que perdura más de un siglo después de su muerte.
En resumen, "El resurreccionista" no solo es una pieza fundamental para los amantes del terror, sino también para aquellos interesados en las preguntas éticas que surgen en el cruce entre el avance científico y la moralidad. Stevenson, con su estilo característico, invita a una reflexión profunda sobre los costos humanos de la ciencia desenfrenada, un tema sorprendentemente actual en el mundo moderno.
