"El rumor de la caracola", segunda entrega de la Trilogía del Fuego de Sarah Lark, nos transporta de nuevo a la exuberante Nueva Zelanda del siglo XIX, específicamente a las llanuras de Canterbury en 1853. En esta ocasión, la historia se centra en la granja Rat Station, donde Cat e Ida, junto con sus hijas Carol, Linda y Mara, han construido un hogar próspero y armonioso. Sin embargo, la envidia de sus vecinos no tarda en convertirse en el menor de sus problemas cuando un inesperado peligro amenaza con destruir todo lo que han logrado.
La comunidad se ve sacudida por el sonido de una caracola en la plaza del poblado, una señal de ataque que presagia un conflicto inminente. La novela se sumerge en un capítulo dramático de las tensiones entre colonos y maoríes, explorando las profundas repercusiones de estas confrontaciones en las vidas de los personajes. La familia debe enfrentarse a una serie de calamidades que incluyen la pérdida de la granja, la desaparición de seres queridos y relaciones fracturadas, todo mientras la guerra entre culturas se intensifica a su alrededor.
Con su característica mezcla de historia bien documentada, paisajes deslumbrantes y sagas familiares intensas, Sarah Lark teje una narrativa que captura tanto la belleza como la brutalidad de la época. Las vivencias de Carol, Linda y Mara, así como sus luchas y triunfos, forman el corazón de esta novela que es tanto una celebración de la resiliencia femenina como una crónica conmovedora de los desafíos históricos.
"El rumor de la caracola" no solo continúa el legado de Lark de contar historias poderosas enmarcadas en el paisaje neozelandés, sino que también invita a los lectores a reflexionar sobre el impacto de la historia en las generaciones futuras. Este volumen, repleto de aventuras, tragedias y la incansable búsqueda de esperanza, es una adición imprescindible para los seguidores de la Trilogía del Fuego y para aquellos que se aventuran por primera vez en el mundo fascinante que Sarah Lark ha recreado con tanta maestría.