"El sueño de los faraones" de Nacho Ares es una novela que nos sumerge en el fascinante mundo del Antiguo Egipto, explorando dos periodos críticos: el declive de la era faraónica y el auge de la egiptología en el siglo XIX. A través de una narrativa que alterna entre estas dos épocas, Ares nos presenta una obra rica en detalles históricos y con una documentación exhaustiva que promete capturar la atención de los aficionados a la historia egipcia.
La historia comienza con el descubrimiento de la tumba DB320 en Deir el-Bahari por un grupo de egiptólogos del siglo XIX. Este hallazgo no solo marca un punto de inflexión en la historia de la arqueología, sino que también sirve como puente para conectar con el Egipto de los faraones, ofreciendo una ventana al pasado glorioso y a su inevitable decadencia. Ares maneja con habilidad el entrelazado de estas dos líneas temporales, aunque el ritmo de la narrativa sufre altibajos.
A pesar de la meticulosa recreación del ambiente y la autenticidad en la construcción de los personajes, la novela a veces pierde fuerza. Los pasajes que capturan la esencia de las exploraciones y descubrimientos arqueológicos son intrigantes, pero se encuentran intercalados con momentos de tedio. La falta de tensión y la escasez de detalles sensoriales en ciertas partes dejan al lector deseando una experiencia más envolvente.
Además, la estructura predecible y la multitud de personajes pueden hacer que la lectura sea laboriosa. Por momentos, la obra puede percibirse más como un ejercicio didáctico que como una narrativa absorbente. La confusión generada por la alternancia entre dos épocas y la amplia gama de personajes puede complicar el seguimiento de la trama principal.
A pesar de sus defectos, "El sueño de los faraones" es un testimonio del profundo conocimiento y pasión de Nacho Ares por Egipto. Aunque no alcanza todo su potencial, ofrece un viaje valioso, lleno de luces y sombras, que seguramente será apreciado por aquellos entusiastas deseosos de profundizar en los misterios del pasado egipcio.
