En "El último barco", Domingo Villar nos sumerge en un nuevo y enigmático caso del inspector Leo Caldas, ambientado en la pintoresca ría de Vigo. La historia comienza una fría mañana de otoño, cuando Caldas recibe la preocupante visita de un hombre angustiado por la desaparición de su hija, Mónica Andrade. Profesora de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios, Mónica no se presentó a una comida familiar ni a sus clases, desencadenando la alarma de su entorno.
La trama se desarrolla en un escenario donde la serenidad del mar y la vida cotidiana de los mariscadores y marineros contrastan con la desaparición de Mónica. Su casa, una solitaria estructura pintada de azul, no muestra signos de alteración y todo parece en orden, lo que añade más misterio al caso. A medida que Caldas profundiza en la investigación, descubre que bajo la apacible superficie de la vida de Mónica se ocultan corrientes oscuras y secretos profundamente guardados.
La novela, que se mueve con un ritmo tranquilo y capítulos cortos, gradualmente va aumentando la tensión hasta llegar a un clímax trepidante. Villar, maestro en entrelazar el suspense con el retrato vívido de Galicia, logra que el lector se sienta parte del entorno, experimentando la calma y la tormenta tanto del paisaje como de la trama. A pesar de ser una historia de crimen, la narrativa está impregnada de un profundo sentido humano y una gran atención al detalle en la descripción de los oficios y la cultura local.
La resolución del misterio, que llega de manera abrupta, puede dejar a algunos lectores deseando más desarrollo o explicaciones adicionales, pero no resta mérito al ingenioso tejido de la historia y su capacidad para mantener enganchado al lector. "El último barco" no solo es un testimonio del talento narrativo de Domingo Villar, sino también un homenaje a la rica cultura gallega, presentada con una mezcla de nostalgia y modernidad que caracteriza su obra.
Con “El último barco”, Villar no solo consolida su posición como uno de los grandes nombres de la novela negra española, sino que también deja un legado literario que trasciende el género, invitando a explorar los rincones más escondidos del alma humana y de los paisajes que los rodean.
