El viaje a ninguna parte, escrita por Fernando Fernán Gómez, es una novela que sirvió de base para la película homónima dirigida por el propio autor. La historia, ambientada en la España de la postguerra, sigue la vida de un grupo de cómicos itinerantes, explorando con gran sensibilidad y detalle las vicisitudes de su profesión y la vida personal que se entrelaza con su arte.
La trama gira en torno a Carlos Galván, el protagonista, quien es hijo de Don Arturo, el director y primer actor de la compañía teatral. Carlos afronta el desafío de mantener viva la pasión por el teatro en una era donde el cine comienza a captar la atención del público, dejando el teatro tradicional en un segundo plano. Esta transición cultural es un telón de fondo constante que añade una capa de melancolía y decadencia a la narrativa.
Carlos tiene un hijo, Carlitos, quien a diferencia de su padre y abuelo, no desea seguir los pasos familiares en el teatro. La interacción entre Carlos y Carlitos ofrece una profunda reflexión sobre las expectativas familiares y la búsqueda de la identidad propia. A lo largo de la novela, se presentan diversos personajes secundarios que enriquecen la trama con sus propias historias de amores, desamores, sueños y desilusiones.
La lucha de Carlos por encontrar su lugar en un mundo que ya no valora las tradiciones teatrales es conmovedora. La novela detalla cómo, poco a poco, los miembros de la compañía van dejando el grupo para buscar nuevas oportunidades, dejando a Carlos en una encrucijada vital sobre su futuro y el de su arte. El dilema de adaptarse o desaparecer resuena a lo largo de la obra, planteando preguntas sobre el valor del arte y la cultura en tiempos de cambio.
El viaje a ninguna parte no solo es una reflexión sobre el teatro, sino también un retrato emotivo de una época y sus gentes. Fernán Gómez ofrece una obra que es tanto un homenaje al mundo del espectáculo como una crónica social de la España de aquel tiempo.