En "El vicario que hablaba al revés", Roald Dahl nos introduce en la peculiar vida de Robert Ozire, un joven vicario que llega a Nibbleswicke para asumir su nuevo rol en la parroquia. Con ilustraciones de Quentin Blake que complementan de manera óptima el tono humorístico y a veces absurdo de la narrativa, el libro se convierte en una pequeña joya que entretiene y educa.
Robert, afectado por una dislexia que creía superada, se enfrenta al enorme desafío de liderar una congregación sin el apoyo de conocidos o amigos cercanos. Los nervios y la presión de su nueva responsabilidad provocan que su dislexia resurja, pero de una forma inusual: comienza a pronunciar palabras clave al revés durante sus sermones. Esto lleva a situaciones cómicas y confusas, haciendo que los habitantes del pueblo inicialmente piensen que su nuevo vicario está loco.
Desesperado por encontrar una solución, Robert visita a un médico que le sugiere una cura insólita: caminar hacia atrás para que sus palabras salgan correctamente. Equipado con un espejo atado a su cabeza para guiarse, el vicario adopta esta peculiar técnica. A medida que los feligreses se acostumbran a sus excéntricas pero efectivas maneras, comienzan a apreciarlo y quererlo, encontrando humor y alegría en las misas que antes les resultaban incomprensibles.
"El vicario que hablaba al revés" no solo es una historia sobre la superación de adversidades personales, también es un relato que invita a la reflexión sobre cómo percibimos las diferencias en los demás y la importancia de la empatía y el apoyo comunitario. La obra de Dahl, con su característico ingenio, nos muestra que las dificultades pueden superarse con creatividad y determinación, y que la aceptación puede venir de las formas más inesperadas.
Aunque algunas opiniones sugieren que el libro puede ser percibido como monótono o menos dinámico en comparación con otras obras de Dahl, la historia captura efectivamente la esencia de enfrentar y superar los obstáculos personales con humor y resiliencia. A través de "El vicario que hablaba al revés", Dahl ofrece una perspectiva fresca y divertida sobre los desafíos de la dislexia, haciendo de esta breve novela una lectura valiosa tanto para niños como para adultos.
