Fernando Aramburu, en su libro "El vigilante del Fiordo", nos sumerge en una colección de relatos que exploran las profundidades del terror, la culpa y la tragedia humana a través de un lente íntimo y perturbador. El cuento que da nombre al libro nos introduce a un hombre de mediana edad, conocido como el "vigilante número 155", quien se encuentra destinado en una remota y solitaria cabaña a orillas de un fiordo noruego. Su misión es vigilar incansablemente para alertar sobre cualquier presencia terrorista, una tarea que lo sumerge en una pesadilla de vigilancia constante y paranoia.
Este relato establece el tono para el resto del libro, en el que cada cuento se convierte en un espejo de angustias y miedos contemporáneos. En "Chavales con gorra", seguimos a un matrimonio que, impulsado por el miedo, se ve obligado a huir de ciudad en ciudad. "Carne rota", por su parte, ofrece un mosaico desgarrador de las vivencias de varios personajes durante los atentados del 11-M en Madrid, mostrando la crudeza del terror y el dolor colectivo.
Otras historias del libro abordan conmociones más personales y sutiles. Un adolescente descubre la verdadera naturaleza moral de su padre durante unas vacaciones, revelando cómo los momentos de crisis pueden desenmascarar verdades ocultas. Mientras tanto, un relato nos lleva a una estación de metro, donde un personaje se encuentra diariamente con una mujer que llora, simbolizando el dolor silencioso que muchas veces pasa desapercibido en la rutina urbana. Otro de los cuentos narra la experiencia de un hombre que asiste a su propia muerte, explorando la conciencia y la percepción del final de la vida.
La colección de "El vigilante del Fiordo" no solo destaca por su riqueza temática, sino también por la habilidad de Aramburu para capturar la esencia del miedo y la culpa que pueden llegar a dominar la existencia humana. Con una prosa que oscila entre lo poético y lo brutal, Aramburu nos ofrece una lectura que, aunque rápida y directa, deja un poso de reflexión sobre los temas que aborda. Cada relato, con su propio tono y perspectiva, contribuye a un mosaico literario que refleja la complejidad de las emociones humanas frente a situaciones extremas.
"El vigilante del Fiordo" es, en definitiva, una obra que impacta, conmueve y desafía al lector a confrontar las facetas más oscuras de la sociedad y de sí mismo. Los relatos de Aramburu, con su mezcla de realidad y ficción, de lo cotidiano y lo extraordinario, invitan a una introspección profunda sobre la capacidad humana para enfrentar el dolor y la adversidad.