La obra "Enrique VI, Parte 1" de William Shakespeare, es la primera de una tetralogía dramática que explora los tumultuosos periodos de la guerra de los Cien Años y la guerra de las Rosas, etapas clave en la historia de Inglaterra. A través de estas obras, Shakespeare se adentra en el conflicto entre las casas de Lancaster y York, cuyo símbolo de las rosas blancas y rojas se convierte en un emblema de la división interna del reino. Aunque la trilogía fue compuesta en los primeros años de la década de 1590, su orden de composición y la autoría compartida con Thomas Nashe son temas de debate entre los académicos.
La trama se inicia con la repentina muerte de Enrique V y la ascensión al trono de su joven hijo, Enrique VI. En un país aún convaleciente por las guerras y la política, el nuevo rey, aún niño, es proclamado bajo la regencia de su tío, el duque de Gloucester. Sin embargo, la paz es efímera tanto en el interior como en el exterior. En Francia, los ingleses, liderados por el valeroso Lord Talbot, enfrentan a un renovado impulso francés encabezado por la enigmática Juana de Arco. Paralelamente, en Inglaterra, el duque de York comienza a urdir planes para reclamar el trono, considerando su propia legitimidad sobre el joven Enrique VI.
Una de las escenas más icónicas y simbólicas de la obra se desarrolla en un jardín donde los nobles eligen rosas para manifestar su lealtad: la rosa blanca para los seguidores del duque de York y la roja para quienes apoyan al duque de Somerset y la casa de Lancaster. Esta división augura los conflictos futuros que desembocarán en una cruenta guerra civil. Mientras tanto, el duque de Gloucester encuentra un poderoso enemigo en el obispo de Winchester, complicando aún más la estabilidad política interna.
La obra culmina con Enrique VI intentando unificar a sus nobles en París, donde debe ser coronado también como rey de Francia. Sin embargo, las disputas internas continúan y la ayuda solicitada por Lord Talbot en el asedio nunca llega, llevando a su trágica muerte junto a su hijo. Juana de Arco es capturada y ejecutada, pero sus acciones ya han cambiado el curso de la guerra. Finalmente, presionados por el Papa, los ingleses y los franceses firman la paz, sellada por el matrimonio de Enrique VI con una princesa francesa, en un efímero intento de unión y estabilidad.
"Enrique VI, Parte 1" no solo es una obra sobre la historia y la política, sino también sobre la identidad nacional y el poder. Aunque Shakespeare juega con la historia para aumentar el dramatismo, su habilidad para capturar la complejidad de los personajes y las emociones humanas trasciende el tiempo, ofreciendo un retrato vívido de una época de inestabilidad que resonó fuertemente con el público de su tiempo y continúa haciéndolo hoy.