En "Ensayo sobre la ceguera", José Saramago explora la fragilidad de la sociedad moderna a través de un evento catastrófico: una epidemia de ceguera súbita e inexplicable. La novela comienza con un hombre que pierde la vista mientras espera en un semáforo. Este primer caso de ceguera blanca, descrita como estar sumergido en un mar de leche, se propaga rápidamente, llevando al gobierno a poner en cuarentena a los afectados en un intento desesperado por controlar la situación.
Los ciegos, aislados y abandonados a su suerte, pronto descubren que las estructuras de su sociedad se desmoronan rápidamente. En este entorno, emergen los instintos más primitivos: la lucha por la supervivencia se intensifica, dando lugar a actos de brutalidad y bondad en igual medida. El lector es testigo de cómo los personajes son empujados a sus límites, revelando lo mejor y lo peor de la naturaleza humana.
Una figura central en esta narrativa es la mujer del médico, la única que retiene la capacidad de ver. A pesar de su visión intacta, ella finge estar afectada por la ceguera para acompañar a su esposo en el aislamiento. A través de sus ojos, Saramago ofrece una perspectiva única y penetrante de los eventos, permitiendo a los lectores experimentar la intensidad y la claustrofobia de la cuarentena, así como la complejidad de las interacciones humanas que se desarrollan bajo estas circunstancias extremas.
La obra no solo es un relato sobre la supervivencia física, sino también una profunda reflexión sobre la moral, el amor y la solidaridad. Saramago desafía a los lectores a considerar la responsabilidad de aquellos que tienen la capacidad de "ver" en un mundo donde muchos han perdido esa habilidad. El estilo narrativo del autor, caracterizado por largas oraciones y una puntuación inusual, puede ser desafiante, pero refuerza el impacto de la historia y sumerge aún más al lector en el caos y la confusión que enfrentan los personajes.
En última instancia, "Ensayo sobre la ceguera" es una exploración inquietante pero necesaria de la condición humana, un llamado a la empatía y una advertencia sobre los peligros de la indiferencia. A través de esta obra maestra, Saramago no solo cuenta una historia fascinante, sino que también invita a una introspección profunda sobre cómo respondemos a las crisis y cómo tratamos a aquellos que son vulnerables.