En "Escritos políticos 1914-1932", Hermann Hesse nos entrega una compilación crítica y profundamente personal de sus reflexiones y análisis sobre la turbulenta escena política de su tiempo. Editado por Volker Michels y con un prólogo de Robert Jungk, este volumen recoge los ensayos y artículos que Hesse escribió durante un periodo marcado por guerras y cambios políticos significativos, incluyendo la Primera Guerra Mundial y los inicios de la ascensión del nazismo en Alemania. Este libro no solo refleja el pensamiento político de Hesse, sino que también es una ventana a su evolución como escritor y pensador independiente.
Hesse aborda en estos escritos su firme rechazo a la manipulación y a las generalizaciones partidistas, defendiendo siempre la independencia de juicio. Este aislamiento autoimpuesto, que comenzó con la Primera Guerra Mundial, se evidencia en su crítica a la nacionalidad ciega y al fervor bélico que consumían a Europa. A través de su pluma, Hesse lucha contra la corriente de su tiempo, insistiendo en la necesidad de una conciencia individual y en el peligro de los movimientos masivos que suprimen el pensamiento crítico y la libertad personal.
Los textos seleccionados en este libro muestran a un Hesse que, aunque es mejor conocido por sus novelas y escritos poéticos, también poseía una aguda percepción de la política y una valentía para expresar sus opiniones, a menudo en contra de la opinión popular. Su escritura es un llamado a la reflexión y al cuestionamiento constante de las ideologías dominantes, y una demostración de cómo los intelectuales de la época interactuaban con y reaccionaban ante los eventos mundiales en curso.
Publicado por la editorial Bruguera, este volumen de 249 páginas no solo es relevante para los estudiosos de Hesse, sino para cualquiera interesado en la literatura europea del siglo XX y su intersección con la historia política. "Escritos políticos 1914-1932" es una obra que desafía al lector a considerar el poder y la influencia de la escritura en tiempos de crisis política y social, manteniendo la independencia de pensamiento como un estandarte irrevocable.