En "Feria", Ana Iris Simón nos sumerge en un evocador relato sobre la desaparición de un mundo rural y profundamente español, visto a través de los ojos de su propia familia. La narrativa se extiende a lo largo de generaciones de feriantes y campesinos, cuyas historias y tradiciones configuran no solo un retrato familiar, sino también el de una España que parece desvanecerse bajo el peso de la modernidad.
La autora comienza su historia con una invitación a conocer La Mancha, una tierra descrita con tonos míticos, donde el pasado y la identidad familiar se funden en el paisaje árido y en las figuras del Quijote y el viento. A través de los relatos de sus abuelos, Simón recoge anécdotas de una época en la que ser feriante o campesino era no solo una profesión, sino una forma de vida entrelazada con la tierra y sus ciclos, con la comunidad y sus festividades, y con una manera de entender el mundo y transmitirlo de generación en generación.
El libro, además de ser una crónica familiar y regional, es una crítica a la transformación cultural y social de España. Simón argumenta que la modernización ha llevado a un menosprecio de las tradiciones y de la vida rural, reemplazándolas con una homogeneización cultural que desdibuja las particularidades que antaño definían a comunidades enteras. "Feria" se convierte entonces en un llamado a recordar y valorar esos fragmentos de historia y cultura que, según la autora, sostienen la verdadera esencia de un pueblo.
Con una mezcla de nostalgia y crítica, la obra también aborda temas contemporáneos como la política de la corrección y el feminismo, sugiriendo que en ocasiones estas corrientes pueden desviar la atención de problemas subyacentes en la sociedad rural española. A través de su escritura, Simón busca provocar reflexión sobre la autenticidad y la pérdida, y sobre cómo la memoria colectiva juega un papel crucial en la preservación de nuestra identidad cultural.
Finalmente, "Feria" destaca por su estilo desenfadado y directo, con personajes vivos y entrañables que parecen saltar de la página. Aunque en momentos la idealización de la vida rural pueda parecer excesiva, Simón logra capturar la belleza y la complejidad de un mundo que, aunque en declive, ofrece lecciones vitales sobre la conexión con nuestras raíces y la importancia de la memoria histórica en la configuración de nuestro futuro.