En "Green Town", Ray Bradbury se aleja de sus habituales exploraciones futuristas para sumergirse en un nostálgico y evocador viaje al pasado. Esta novela, que se enmarca en el verano y otoño de 1928 en Illinois, se centra en la vida del joven Douglas Spaulding, quien, a sus doce años, descubre las complejidades del mundo que lo rodea a través de las pequeñas y grandes aventuras que atraviesa en el pueblo ficticio de Green Town.
El libro se divide en dos partes significativas: "El vino del estío" y "El verano del adiós". En la primera, Douglas experimenta la magia del verano con sus rituales y descubrimientos diarios: desde el paso del último tranvía hasta el misterio de la muerte, pasando por la cosecha del vino y la aparición de máquinas extraordinarias. Bradbury, con su característico estilo lírico y evocador, teje una crónica que mezcla lo fantástico con lo cotidiano, permitiendo que el lector vea el mundo a través de los ojos maravillados de un niño.
La segunda parte, "El verano del adiós", introduce un cambio de tono cuando los aires de conflicto se ciernen sobre Green Town con la llegada de octubre. La guerra declarada por Calvin C. Quartermain contra Douglas y sus jóvenes amigos simboliza el eterno enfrentamiento entre las generaciones. Este conflicto se convierte en un rito de paso para Douglas, marcando el fin de su infancia y el comienzo de una nueva etapa llena de misterios por descubrir.
"Green Town" es mucho más que una simple crónica estacional; es una reflexión sobre el crecimiento, la inocencia, y la inevitable pérdida de ambas. Bradbury, a través de la exploración de su propia infancia, nos ofrece una ventana a la infancia del mundo americano, llena de ilusiones, esperanzas y desilusiones. Cada página está impregnada de una melancolía dulce y una sabiduría profunda sobre la vida y sus transiciones.
Publicada por la editorial Minotauro dentro de la colección Biblioteca del autor Bradbury, esta obra de 352 páginas, encuadernada en tapa dura con sobrecubierta, invita a los lectores a revisitar los veranos de su propia juventud, recordando los momentos mágicos que definen la experiencia humana. Con "Green Town", Bradbury no solo recrea un tiempo y un lugar, sino que también captura el universal y atemporal viaje hacia la madurez.