Han de Islandia, primera novela del consagrado escritor francés Victor Hugo, nos transporta al año 1699 en un imaginario reino de Islandia. Publicada en 1823, esta obra captura la esencia del Romanticismo a través de una narrativa intensa y contrastante donde el bien y el mal se enfrentan en una lucha perpetua. Hugo, con tan solo veintiún años, ya delineaba su estilo característico, marcado por melodramas vibrantes y personajes extremos.
La trama gira en torno a Ordener Guldenlew, hijo de un prominente barón, quien se enamora de Ethel, una joven que desconoce que Ordener es hijo de su enemigo. Ethel vive en prisión con su padre, el ex canciller Schumacker, encarcelado injustamente por el padre de Ordener en un intento de usurpación. Mientras el amor entre Ordener y Ethel florece en un contexto de injusticias y secretos, se desata una revuelta liderada por mineros que buscan liberarse de las opresivas prerrogativas reales.
En este escenario convulso, surge Han, una figura aterradora, solitaria y vengativa, que acompaña su existencia con un oso y se alimenta de sangre humana. Han busca venganza por la muerte de su hijo, lo que lo lleva a cruzarse de manera catastrófica con los planes de los mineros y los protagonistas. La figura de Han no solo representa la maldad y la brutalidad, sino que también simboliza la lucha interna y la soledad extrema, elementos que Victor Hugo explora profundamente en la obra.
Han de Islandia es un drama novelado que revela la maestría de Hugo para crear ambientes cargados de tensión y personajes con profundos conflictos internos. La novela no solo es un testimonio del temprano genio de Hugo, sino que también es un reflejo de los temas que continuaría explorando en sus obras posteriores. Con un lenguaje poético y escenarios descriptivos, Hugo nos sumerge en un mundo donde las pasiones humanas se confrontan con las fuerzas oscuras, tanto internas como externas, en un juego narrativo que captura la esencia del Romanticismo francés.
