En la obra "Hay que tomar partido", Voltaire, uno de los más destacados filósofos de la Ilustración, se sumerge en la reflexión sobre la injusticia y la necesidad de acción en un contexto de intolerancia y represión. Publicado en 1772, este ensayo filosófico se centra en los eventos que rodearon la infame muerte de Jean Calas en 1763, un comerciante protestante de Toulouse, Francia, acusado falsamente de asesinar a su hijo y ejecutado por ello. A través de este caso, Voltaire despliega su crítica hacia la injusticia judicial y la intolerancia religiosa que prevalecían en su tiempo.
Voltaire, con su característico ingenio y dominio de la ironía, no solo narra los eventos sino que también analiza las fuerzas sociales y políticas que contribuyen a tales tragedias. Utiliza este incidente como un llamado a la acción, instando a los lectores a "meter las manos en el mundo" y combatir activamente la intolerancia. Su famosa frase "¡Aplastar al infame!" resuena a lo largo del texto como un grito de guerra contra el fanatismo y la superstición, elementos que, según él, alimentan la injusticia y corrompen la sociedad.
La obra no solo es un documento histórico sobre la lucha por la justicia y la tolerancia, sino también un manifiesto sobre el poder y la responsabilidad del intelectual en la sociedad. Voltaire argumenta que el silencio y la pasividad ante la opresión son cómplices de la misma, y que todos los medios literarios y artísticos son válidos para denunciar y rectificar el mal. Así, combina diversos géneros literarios en su texto, desde el ensayo hasta la sátira, para capturar la atención y fomentar la reflexión crítica entre sus lectores.
En "Hay que tomar partido", Voltaire no solo ofrece un análisis agudo de un caso particular de injusticia, sino que también proporciona una reflexión más amplia sobre los valores de la Ilustración como la razón, el progreso y, sobre todo, la tolerancia. Este trabajo reafirma la relevancia de Voltaire en el contexto contemporáneo, recordándonos la importancia de defender estos valores frente a la adversidad.
Este ensayo es esencial no solo para los estudiosos de Voltaire o de la Ilustración, sino para cualquiera interesado en las cuestiones de justicia social, derechos humanos y el papel del intelectual en la sociedad. "Hay que tomar partido" es un poderoso recordatorio de que la lucha contra la intolerancia es perpetua y de que cada generación debe comprometerse con la defensa de la humanidad.