El Isidro, obra escrita por el insigne Lope de Vega, es un poema épico que narra la vida y milagros de San Isidro, el santo patrón de Madrid. Compuesto por diez cantos y sumando un total de 10,000 versos, esta obra no solo celebra la figura de un santo, sino que también sirve como un medio a través del cual Lope busca reconstruir y promover su propia imagen pública en alianza con su ciudad natal.
La estrategia del autor fue ingeniosa: utilizar el formato de un poema popular para alcanzar y resonar con un amplio público, mientras simultáneamente integraba elementos de alta erudición. Esta mezcla de lo popular con lo académico se manifiesta en las apostillas bibliográficas, una canción final, listas de autores citados y pasajes que demuestran el vasto conocimiento de Lope en áreas como la historia, la literatura y la astronomía.
La obra inicia con un homenaje a la estructura virgiliana de la Eneida, adaptando el famoso inicio para presentar a Isidro no como un héroe guerrero, sino como un humilde labrador, un hombre de paz y devoción cristiana. Este paralelismo no solo demuestra la habilidad literaria de Lope, sino que también sitúa a Isidro dentro de una tradición épica, elevando su figura a la de los grandes héroes clásicos.
A lo largo del poema, Lope entrelaza lo divino con lo terrenal, destacando los milagros de Isidro y su profunda fe, elementos que lo convierten en un modelo de virtud cristiana. Entre los episodios más memorables se encuentra el milagro de los bueyes, donde Isidro demuestra su santidad al intervenir milagrosamente durante su labor en el campo.
Publicado en un momento de personal crisis tras las pérdidas familiares y su propio giro hacia la vida religiosa, El Isidro no solo refleja la devoción de Lope hacia su fe, sino también su intento de conectar con un público más amplio, maniobrando a través de la complejidad de la forma literaria y la sencillez del contenido apelativo. En última instancia, Lope de Vega no solo crea una obra literaria compleja y rica en su estructura, sino que también ofrece un tributo cultural a la ciudad de Madrid, elevando su historia y su patrón a la esfera de lo mítico y lo divino.