En "La balada del agua", José Luis Sampedro teje una fábula alegórica que sumerge al lector en una profunda reflexión sobre la relación entre la humanidad y su entorno natural. Publicado inicialmente en 2008, este texto fue concebido en el contexto de la Exposición Internacional de Zaragoza, dedicada al agua como recurso esencial y fuente de vida. A través de sus páginas, Sampedro alerta sobre la degradación ambiental y la urgencia de adoptar un comportamiento más sostenible para preservar nuestro planeta.
La obra se origina en la preocupación constante del autor por la sostenibilidad y los desafíos medioambientales, temas que permeaban tanto su vida personal como su extensa obra literaria. Originalmente pensada como un ensayo divulgativo para educadores, la inspiración llegó durante un viaje a Andalucía, donde la belleza de un geranio transformó su proyecto en lo que finalmente se materializó como una balada poética. En esta transformación, el texto evoluciona para explorar no solo la ciencia detrás del medio ambiente, sino también la poesía que emerge de nuestra interacción con la naturaleza.
En "La balada del agua", los cuatro elementos fundamentales —agua, tierra, fuego y aire— cobran vida y se convierten en personajes que debaten sobre el destino de la humanidad. Esta personificación de los elementos permite a Sampedro explorar filosóficamente la esencia del mundo natural y su incomprehensibilidad inherente, destacando la limitación de los sentidos humanos para percibir completamente la realidad que nos rodea.
El libro no solo fue aclamado en su lanzamiento sino que también ha sido traducido al inglés y al francés, presentándose en una edición trilingüe que subraya su relevancia universal. Diez años después de su publicación, y coincidiendo con el centenario del nacimiento de Sampedro, "La balada del agua" fue reeditada por Penguin Random House como un homenaje a su legado y como un regalo a sus lectores, reafirmando el mensaje eterno del autor: destruir nuestro mundo es destruir nuestro hogar.
"La balada del agua" no es solamente un llamado a la conciencia ambiental, sino también una invitación a reconsiderar nuestra percepción de la naturaleza y nuestra interacción con ella. Sampedro, con su prosa envolvente y su capacidad para entrelazar lo filosófico con lo poético, ofrece una obra que es tanto un deleite literario como una urgente exhortación ecológica.