"La chica que se subía a los árboles" de Ana Álvarez es una novela que entrelaza romance, aventura y compromiso social en un relato vibrante y emotivo. Ambientada en los pintorescos parajes de Cornualles, la historia sigue a Don, un alemán que llega para dirigir la naviera de un amigo cercano de su padre. Sin embargo, su encuentro con Karin, la hija de su mentor, transforma su misión en una experiencia inolvidable.
Karin, quien en su infancia siempre aparecía en las fotos con las rodillas despellejadas y un espíritu aventurero, ha crecido hasta convertirse en una mujer deslumbrante y astuta. Ahora es una cineasta que viaja por el mundo creando documentales que denuncian injusticias sociales. Este cambio sorprende y atrae a Don, que admira la pasión y la determinación de Karin.
La trama se desenvuelve en un ambiente familiar cálido, donde cada miembro, incluso los más peculiares, aportan color y profundidad al relato. La relación entre Don y Karin florece gradualmente, enriqueciendo la narrativa con sus interacciones y el creciente afecto que surge entre ellos. Sin embargo, no todo es romántico y sereno. Un giro inesperado introduce tensiones y desafíos que ponen a prueba no solo su relación sino también los valores y la resiliencia de cada personaje.
Álvarez, con su característico estilo envolvente y fluido, construye un mundo donde el amor y la lucha por un mundo mejor se entrecruzan de manera orgánica y emocionante. La novela no solo es un testimonio de la capacidad de superación y compromiso de los protagonistas, sino también una invitación a reflexionar sobre las dinámicas de poder y la justicia social.
Recomendada ampliamente por los lectores por su capacidad de combinar elementos de romance contemporáneo con una narrativa socialmente comprometida, "La chica que se subía a los árboles" es una lectura imprescindible para los aficionados al género. La novela confirma a Ana Álvarez como una voz destacada en la literatura romántica actual, capaz de crear historias que son tan entretenidas como enriquecedoras.
