En "La cólera de Aquiles", Luis Goytisolo nos transporta a través del litoral catalán, desde Rosas hasta Cadaqués, explorando la vida cotidiana y los enredos amorosos de la burguesía ociosa. Publicada en 1979, esta obra forma parte de una tetralogía que analiza críticamente a una sociedad despreocupada y hedonista, enfocándose en las dinámicas y disfunciones sexuales de sus personajes. A través de una narrativa descarnada y explícita, Goytisolo despliega un panorama de relaciones intercambiables y prácticas sexuales exhibicionistas, enmarcadas en una crítica mordaz a la frivolidad y el materialismo.
A diferencia de sus obras anteriores, "La cólera de Aquiles" introduce un cambio significativo en el tratamiento de la sexualidad. La narradora, una escritora que reflexiona sobre su propio amor lésbico, presenta esta relación como una expresión natural y válida del afecto, en contraste con las representaciones más oscuras y negativas de la homosexualidad en las novelas previas de la serie. Este giro no solo abre un espacio para la inclusión, sino que también desafía las normativas sociales de la época sobre la sexualidad y el amor.
Además, la obra se adentra en el proceso creativo a través de un metarrelato. La narradora ha escrito un libro titulado "El Edicto en Milán", cuya trama y personajes se analizan detalladamente dentro de "La cólera de Aquiles". Este libro dentro del libro permite a Goytisolo explorar las complejidades de la escritura, la interpretación y la crítica literaria. A través de las reflexiones de la narradora y las críticas de Raúl, un personaje recurrente en la tetralogía, el autor interpela al lector sobre la capacidad de discernir y apreciar los matices de la narrativa y su conexión con la realidad.
"La cólera de Aquiles" es, en última instancia, un desafío literario que busca dar profundidad y significado a la existencia aparentemente trivial de sus personajes. Luis Goytisolo combina una crítica social incisiva con una exploración introspectiva del arte de escribir, ofreciendo así una obra que no solo retrata una época y una clase social, sino que también invita a reflexionar sobre la función y el impacto de la literatura en la sociedad.