En el apasionante tapiz de la historia de Inglaterra y Francia, Alejandro Dumas teje una narrativa cautivadora en "La Condesa de Salisbury", un romance histórico publicado inicialmente por entregas en 1838. Ambientada en el año 1338, durante el reinado de Eduardo III de Inglaterra, la novela se despliega en un marco histórico turbulento marcado por el inicio de la Guerra de los Cien Años. Este conflicto monumental comienza cuando Eduardo, influenciado por Roberto de Artois, decide reclamar el trono francés, creyendo tener derecho a él a través de su madre Isabel, hermana de los últimos reyes de la dinastía Capeto.
La trama se intensifica con un elemento de romance y drama personal. Durante un banquete real en Londres, el rey Eduardo se enamora perdidamente de Ana Graftan, una dama ya comprometida con el Conde de Salisbury, un leal caballero de su propia corte. La atracción de Eduardo hacia Ana no es solo un capricho pasajero, sino una pasión que desafía las convenciones sociales y políticas de la época.
Mientras Eduardo despliega sus fuerzas en Flandes, alegando que el rey francés Felipe VI apoya a los rebeldes escoceses, el Conde de Salisbury es enviado a Francia donde infortunadamente cae prisionero. La situación se complica aún más cuando Eduardo, enfrentando una potencial rebelión en Escocia, regresa a Inglaterra. En su ausencia y con el Conde de Salisbury fuera del escenario, Eduardo ve una oportunidad para acercarse a Ana.
Eventualmente, el Conde de Salisbury logra su libertad y regresa a Inglaterra, ajeno a las intenciones del rey hacia su prometida. Lo que sigue es una mezcla intrigante de lealtad, honor y el deseo personal que coloca a los personajes en un dilema moral y emocional profundo.
Aunque "La Condesa de Salisbury" no alcanzó un éxito rotundo en su lanzamiento inicial, la novela es un testimonio de la habilidad de Dumas para fusionar hechos históricos con ficción romántica, creando una historia que aunque más apegada a la historia que a la aventura novelesca, supera obras anteriores del autor en su rica contextualización y desarrollo de personajes. Esta obra representa uno de los primeros esfuerzos de Dumas en el género del romance histórico, preludiando sus futuras obras maestras.
