La historia de Tobías, obra del ilustre dramaturgo del Siglo de Oro español Lope de Vega, sumerge al lector en un dramático relato bíblico ambientado en el exilio del pueblo judío. En esta obra, Lope de Vega explora los temas del sufrimiento, la fe y la redención a través de los ojos de sus protagonistas, Tobías el viejo, Ana su mujer y Tobías el mozo.
El drama se despliega en un contexto de dolor y desesperación. La familia de Tobías ha sido arrastrada al cautiverio bajo el yugo del rey Salmanasar y su cruel sucesor, quienes han sometido a los israelitas a inhumanas tribulaciones. Tobías padre, a pesar de su posición favorecida inicialmente como consejero del rey, se encuentra impotente ante la creciente opresión sobre su pueblo. Movido por una profunda devoción religiosa, insta a su familia a mantener la fe y a buscar el favor del Dios de Israel, en un intento por aplacar la ira divina que él percibe como causa de su sufrimiento.
La obra se centra en el intercambio generacional y moral entre Tobías padre y su hijo. A través de sus diálogos, Lope de Vega explora la resistencia del espíritu humano y la importancia de las acciones virtuosas. El anciano Tobías, a través de su sabiduría y experiencias pasadas, guía a su joven hijo en el camino de la piedad y la justicia. Este, a su vez, es un reflejo de la juventud cargada de esperanzas y de la posibilidad de un futuro renovado.
La narrativa se enriquece con la presencia de otros personajes que simbolizan diferentes facetas de la experiencia diaspórica judía. Ana, la madre, personifica la perseverancia y el dolor maternal frente a la adversidad. Otros personajes secundarios, como parientes y conocidos de la familia, añaden complejidad a la historia, representando diversas respuestas al exilio y la opresión.
En La historia de Tobías, Lope de Vega no solo recrea una historia bíblica, sino que también ofrece un comentario sobre la condición humana, el poder de la fe y la inevitabilidad del cambio generacional. La obra es un testimonio del genio de Lope como dramaturgo, capaz de entrelazar temas teológicos con las preocupaciones terrenales y emocionales de sus personajes. Su pluma, hábil en el manejo del verso y la prosa, dota a la obra de una belleza literaria que complementa su profundo mensaje espiritual y humano.