Publicado por EL ACANTILADO y con un modesto tamaño de apenas setenta y nueve páginas, "La Hora Del Diablo" de Fernando Pessoa, es una obra que desafía el prejuicio de que la extensión es proporcional al valor literario. En este breve pero potente libro, el lector se encuentra con el verdadero Pessoa: poeta y filósofo portugués cuya perspicaz mirada atraviesa los absurdos prejuicios y las etiquetas incoherentes de la sociedad humana. Pessoa, conocido también por su uso de múltiples heterónimos, se adentra en el misterio de la vida con una curiosidad que a veces le consume, como la mariposa atraída fatalmente por la luz de una vela.
En "La Hora Del Diablo", Pessoa juega con fuego en todas sus formas: sociales, interiores, espirituales y sentimentales. La figura central de esta obra es el diablo, pero no uno tradicional con cuernos y rabo, sino una entidad más cercana al concepto griego de "diábolos" —un inspirador cuyo fuego creativo consume a aquellos que atrae. El libro explora cómo este "diablo" incita a las personas a convertirse en exploradores del conocimiento y protagonistas de un sueño lúcido, transformándolos en artistas cuya obra refleja la luz del alma y revela verdades ocultas del mundo.
La narrativa de Pessoa invita al lector a cuestionar la realidad, instigando un fuego interno que desafía los límites impuestos por la Razón. Cuanto más fuerte sea la presencia de la Razón, menos intensa será la llamarada. Sin embargo, si la Razón se debilita, el ardiente fuego del diablo se apodera del ser, transformándolo en un intermediario entre la eternidad del alma y el espíritu perenne del mundo físico y material. El artista, por ende, intenta materializar en nuestro mundo esa visión onírica inspirada por el diablo, convirtiendo el sueño en obra.
Además de una exploración de deseos y sueños, "La Hora Del Diablo" ofrece referencias al tarot, a la religión y emplea un uso inteligente de símbolos. La obra despliega una magia textual que emana de cada frase, y revela la grandeza existencial y filosófica de su mensaje. Pessoa no se presenta como el espíritu que niega, al estilo de Goethe, sino como el espíritu que contradice, invitando a los lectores a presenciar y participar en un diálogo continuo entre lo espiritual, lo místico y lo humano.