"La larga marcha" de Rafael Chirbes, publicada por Anagrama en 2006, es una novela que se adentra en las profundidades de la España de la posguerra y el declive del franquismo, a través de la mirada crítica y desentrañadora del autor. Esta obra, que se extiende a lo largo de 400 páginas, está estructurada en dos grandes bloques narrativos que reflejan dos periodos críticos de la historia española: la inmediata posguerra y la resistencia antifranquista de los años sesenta.
El libro abre una ventana a las vidas de dos generaciones que se enfrentan a un espejo que no devuelve imágenes gratas, sino la cruda realidad de un país en reconstrucción. Los personajes, tanto hombres como mujeres, comparten el dolor y la humillación de la derrota, así como la dura tarea de sobrevivir en un entorno hostil. Algunos se aferran a los despojos y botines que pueden obtener, mientras otros, especialmente la juventud universitaria, luchan por construir una identidad en oposición a un pasado que sigue siendo parte de su herencia.
Chirbes no solo narra la historia de un país, sino que también explora los mecanismos personales y colectivos que configuran la memoria y la identidad. La novela se convierte en un espejo de la sociedad española, reflejando las grandes esperanzas y promesas, junto con los profundos desencantos que emergen de la lucha por una "nueva España". Este concepto se repite a lo largo del libro, simbolizando el anhelo constante y a menudo ingenuo de cambio y mejora.
"La larga marcha" es una obra que demanda una lectura apasionada y comprometida, y que confirma a Rafael Chirbes como una de las voces narrativas más destacadas de la literatura española contemporánea. La crítica Marcel Reich-Ranicki ha destacado esta novela como un relato de las grandes esperanzas y las grandes promesas, pero también de los grandes desencantos, lo que la convierte en una pieza esencial para entender no solo la historia de España, sino también las complejidades del alma humana en tiempos de crisis.
