"La luz que se apaga", la primera novela de Rudyard Kipling, publicada originalmente en 1891 y ahora traducida por Juan Luis Calleja, se sumerge en la vida de Dick Heldar, un pintor y corresponsal de guerra cuya vida se ve brutalmente transformada por la pérdida gradual de su visión, consecuencia de una herida en el campo de batalla. A través de 272 páginas, Kipling despliega un relato que combina elementos autobiográficos, aventuras bélicas y un profundo drama humano.
La historia arranca con reflejos de la propia infancia de Kipling, marcada por el desamparo y la nostalgia, antes de trasladar la acción a diversos escenarios como Londres, África y la India. Dick Heldar, tras alcanzar el éxito con sus dibujos de la campaña del Sudán, regresa a Londres con el proyecto de crear su obra maestra. Sin embargo, su ambición se ve truncada cuando empieza a perder la vista, sumiéndolo en una profunda crisis personal y creativa.
En este contexto, Kipling introduce a personajes memorables que marcan la vida de Heldar: desde sus colegas periodistas, una cuadrilla llena de vida y camaradería, hasta figuras femeninas complejas como su antigua compañera de internado y una enigmática modelo que parece llevarlo hacia su perdición. La novela explora las profundidades del sufrimiento humano, el amor no correspondido y la tragedia de un talento que se desvanece irremediablemente.
Con una narrativa que oscila entre la aventura y el melodrama, "La luz que se apaga" no solo narra la historia de un hombre enfrentando su destino con valentía y resignación, sino que también ofrece una reflexión sobre el arte, la guerra y la impermanencia de la vida. Kipling, con su característico dominio del lenguaje y su capacidad para evocar escenarios y emociones intensas, teje una historia que es tanto un testimonio de la época como una exploración atemporal de temas universales.
Esta obra, que se sitúa en su contexto histórico durante las campañas británicas en Sudán, proporciona además una crítica sutil de los conflictos coloniales y sus repercusiones humanas. "La luz que se apaga" no es solo un relato sobre la pérdida y la redención personal, sino también un comentario sobre la naturaleza cambiante de la percepción, tanto literal como metafórica. Con su publicación por El Cobre Ediciones, esta novela sigue siendo relevante en su capacidad para interpelar los dilemas éticos y estéticos de la modernidad.