"La miña errante: Cartas a Doris Dana" es una obra que nos sumerge en la intimidad de una de las figuras literarias más emblemáticas del siglo XX, Gabriela Mistral, a través de su correspondencia con Doris Dana, quien fue su compañera sentimental, secretaria y albacea. Publicado por la editorial LUMEN en el año 2010, este volumen de 486 páginas ofrece una ventana única a los pensamientos y emociones de la laureada poeta chilena.
La relación entre Mistral y Dana comenzó con un encuentro fortuito en una conferencia en el Barnard College de la Universidad de Columbia, donde Mistral hablaba sobre Thomas Mann, figura que más tarde se convertiría en el lazo inicial que conectaría a estas dos mujeres excepcionales. Lo que empezó como una admiración profesional por parte de Dana, se transformó en una relación profunda y compleja que duraría casi una década, marcada por una intensa correspondencia.
En las cartas, Gabriela Mistral se revela de una manera más personal y menos pública. A través de sus palabras, observamos a una mujer que se debate entre su rol como figura pública y sus deseos y emociones personales, lo que añade una capa de humanidad y vulnerabilidad a la imagen que muchas veces se tiene de ella. El amor, el arte, la poesía, los viajes y la política son temas recurrentes en estas cartas que no solo nos hablan de la vida de Mistral, sino también de la época en la que vivió.
Este epistolario no solo es significativo por iluminar aspectos desconocidos de la vida de Gabriela Mistral, sino también por cómo documenta la evolución de una relación que fluctuó entre la mentoría y una profunda complicidad emocional. Doris Dana, por su parte, emerge no solo como receptora de estas cartas, sino como una figura crucial en la vida de Mistral, proporcionando apoyo emocional e intelectual a la poeta en sus últimos años.
La publicación de "La miña errante: Cartas a Doris Dana" no solo enriquece el legado de Gabriela Mistral, sino que también contribuye a una comprensión más matizada de su personalidad y su obra, mostrándonos a una Mistral más accesible, más íntima y profundamente humana.