"La otra guerra" de Leila Guerriero es un profundo y conmovedor relato que arroja luz sobre un capítulo oscuro y muchas veces silenciado de la historia argentina: el destino de los soldados caídos en la Guerra de Malvinas. Este conflicto, descrito por Eduardo Galeano como una "causa justa en manos injustas", fue la última maniobra desesperada de un régimen militar en declive para consolidar su poder. Sin embargo, al costo de 649 vidas, dejó una herida abierta que aún hoy sigue supurando en el tejido social y político de Argentina.
En 1982, el oficial británico Geoffrey Cardozo fue encargado de una tarea monumental: identificar a los soldados argentinos fallecidos y diseñar un cementerio para su descanso final en Darwin. Su trabajo meticuloso, que incluyó la recolección de documentos y la detallada ubicación de los restos, fue entregado al gobierno argentino, que optó por mantenerlo en secreto, dejando a las familias en un limbo de incertidumbre y dolor. Guerriero documenta esta omisión imperdonable, explorando no solo las acciones del gobierno militar, sino también la negligencia de los posteriores gobiernos democráticos que no hicieron justicia a los caídos ni a sus familias.
La narrativa de Guerriero se adentra en el proceso liderado por el Equipo de Antropología Forense, quienes, en condiciones climáticas adversas y enfrentando obstáculos burocráticos y políticos, lograron identificar los restos y devolverles la identidad a los soldados. Este esfuerzo no solo fue un acto de dignidad hacia los muertos, sino también una fuente de alivio para las familias, que finalmente pudieron encontrar un cierre a su duelo.
En su crónica, Guerriero no esquiva las complejidades morales que rodean a los protagonistas de la guerra: soldados que fueron a luchar como conscriptos, voluntarios o incluso como torturadores. Esta coexistencia de roles resalta la dificultad de categorizar a los involucrados en héroes o villanos, añadiendo una capa más de controversia al conflicto y a sus secuelas.
"La otra guerra" ofrece una mirada introspectiva sobre el significado de la memoria, la soberanía y la justicia. En un contexto donde el cementerio de Darwin se ve como la única presencia argentina en las islas, Guerriero expone el temor a su desmantelamiento como una pérdida simbólica de soberanía, reflejando las tensiones persistentes entre historia, política y humanidad.
Con una prosa precisa y empática, Leila Guerriero invita a los lectores a reflexionar sobre la necesidad humana de enterrar a sus muertos y de reconocer el sufrimiento de aquellos que quedaron atrás. Su obra es esencial para entender el impacto duradero de la Guerra de Malvinas y para honrar la memoria de quienes dieron su vida en ese remoto rincón del mundo.