En "La piel que habito", una obra maestra del cineasta Pedro Almodóvar, nos adentramos en el oscuro y complejo mundo del Dr. Robert Ledgard, interpretado magistralmente por Antonio Banderas. Tras el trágico accidente de coche que dejó a su esposa con quemaduras en todo el cuerpo, este eminente cirujano plástico se obsesiona con desarrollar una piel artificial capaz de resistir cualquier daño, una innovación que podría haber salvado a su amada.
La narrativa se despliega en la lujosa mansión de Ledgard, El Cigarral, donde tras doce años de meticulosa investigación y experimentación, logra cultivar una piel sensible al tacto pero indestructible ante agresiones externas e internas, un logro que utiliza avanzadas técnicas de terapia celular. Sin embargo, el progreso científico de Ledgard tiene un lado oscuro: su total falta de escrúpulos y la necesidad de una cobaya humana para sus experimentos.
En este punto entra en juego Marilia, interpretada por Marisa Paredes, la devota cuidadora de Ledgard desde su infancia, quien se convierte en su cómplice. Juntos, se embarcan en la búsqueda de la cobaya humana perfecta, lo que lleva a la misteriosa desaparición de varios jóvenes. Uno de estos jóvenes, interpretado por Elena Anaya, termina en El Cigarral contra su voluntad, desencadenando una serie de eventos que desafían las percepciones de moralidad, identidad y humanidad.
El thriller psicológico se desarrolla con una tensión creciente, explorando los límites de la ciencia y la ética. Almodóvar teje una narrativa visualmente estilizada y emocionalmente cargada, donde cada personaje revela capas de complejidad y secretos ocultos. "La piel que habito" no solo es un relato sobre la ciencia desbocada, sino también una profundización en el dolor, la obsesión y las consecuencias de jugar a ser Dios.
Esta película, aclamada internacionalmente, ha sido reconocida en diversos festivales y premiaciones, incluyendo nominaciones a los Globos de Oro y los BAFTA, así como múltiples premios Goya. "La piel que habito" es un viaje perturbador y fascinante que cuestiona hasta dónde estamos dispuestos a llegar para remediar el pasado y controlar el futuro.