"La sangre de los inocentes" de Julia Navarro es una novela histórica que teje una narrativa envolvente a través de tres periodos distintos, conectados por una crónica escrita por Fray Julián, notario de la Inquisición. En el siglo XIII, durante los enfrentamientos en Montsegur, Francia, los cátaros se enfrentan a la brutalidad de la Inquisición católica. Fray Julián, encargado de documentar estos eventos, profetiza que algún día alguien vengará la sangre de los inocentes, frase que resuena a lo largo de la obra.
La historia salta a la Segunda Guerra Mundial, donde Ferdinand, un personaje clave, es testigo de la devastación y las atrocidades cometidas contra los judíos, conectando el pasado con el presente a través de los horrores de la guerra. Más adelante, en el siglo XXI, nos encontramos con Raimón de la Pallisiére, quien, movido por la crónica de Fray Julián y la historia de su familia, se embarca en una misión de venganza que abarca siglos de injusticias.
La novela es un meticuloso entrelazado de eventos históricos y ficción, donde cada era es retratada con una investigación profunda y detallada, reflejando las luchas de poder y la persecución religiosa que han moldeado la humanidad. Julia Navarro utiliza un estilo sencillo pero efectivo para contar esta historia compleja y multifacética, aunque algunos lectores podrían encontrar el ritmo algo lento debido a la amplitud de los temas tratados.
"La sangre de los inocentes" es más que una novela histórica; es un recordatorio de las atrocidades cometidas en nombre de la fe y el poder. A pesar de las críticas sobre su extensión y cierta repetitividad en los diálogos, la obra ha sido bien recibida por su habilidad para entrelazar distintas líneas temporales y su enfoque en un tema tan relevante y perpetuo como es el impacto de la religión y la venganza en la historia humana. Ideal para quienes disfrutan de una narrativa rica en detalles históricos y complejidades morales.