En "La veleta de Gastizar", Pío Baroja teje una narrativa histórica rica y envolvente ambientada en el turbulento contexto de la España y Francia de 1830. El libro se sitúa en un momento crítico de la historia española, centrado en una fallida expedición liderada por el general Espoz y Mina. Intentando invadir España desde Vera para instigar una revuelta contra el régimen absolutista, la misión de Mina acaba en un estrepitoso fracaso, un evento que Baroja reconstruye con maestría basándose en relatos y canciones de la época que aún sobrevivían en la memoria de los ancianos de Vera hacia 1912.
La acción de la novela se desarrolla principalmente en el País Vasco-francés, dentro de la mansión Gastizar, propiedad de una familia de cierto renombre. Este escenario no solo permite a Baroja explorar la situación política de Francia durante un periodo igualmente convulso, sino que también le proporciona el espacio ideal para dibujar un abanico de personajes complejos y multifacéticos que representan diversas ideologías y posiciones sociales en conflicto. A través de estos personajes, se exploran las tensiones y dinámicas políticas, así como las relaciones humanas en un tiempo de gran incertidumbre.
Además de su riqueza histórica y política, "La veleta de Gastizar" incorpora elementos románticos y aventureros que reflejan el espíritu de la época y muestran la influencia de la gran novela francesa del siglo XIX. Amores, desamores y pasiones se entrelazan con el trasfondo de los acontecimientos políticos, creando una narrativa vibrante y emotiva que captura la esencia de un tiempo convulso pero fascinante.
La figura de Aviraneta, aunque ligeramente ficticia en este contexto, juega un papel crucial en la trama, añadiendo un toque de aventura y conspiración que enriquece la novela. Baroja, con su habitual maestría narrativa, consigue que el lector se sumerja en una época de grandes cambios, explorando no solo los grandes eventos, sino también las vidas cotidianas de quienes los vivieron.
"La veleta de Gastizar" es una obra que destaca dentro de las "Memorias de un hombre de acción", especialmente valorada por su intensa acción dramática y la habilidad de Baroja para reconstruir ambientes y épocas con detalle y precisión. Es, sin duda, un testimonio literario del talento de Baroja para contar historias que no solo entretienen, sino que también invitan a reflexionar sobre la historia, la sociedad y la condición humana.
