En "La voluntad y la fortuna" de Carlos Fuentes, nos encontramos con una narrativa audaz y compleja que se inicia con una escena inolvidable: la cabeza cortada de Josué Nadal, en una playa del Pacífico, reflexionando sobre su vida y la sociedad que le rodea. A través de sus recuerdos y divagaciones, Fuentes construye un retrato crítico y profundo de México, un país que, en palabras del autor, convierte cualquier tragedia en telenovela y donde la delincuencia, ya sea traficante o corporativa, se celebra cinicamente como si fuera un bien.
La novela se adentra en las vidas entrelazadas de una serie de personajes fascinantes, cada uno representando diferentes aspectos de la sociedad mexicana. Josué Nadal y su amigo Jericó son el centro de esta historia, dos jóvenes cuyos destinos se encuentran marcados por la violencia y el poder. Jericó, que llega a admirar la figura bíblica de Caín, y Josué, que busca entender el mundo, se ven envueltos en un conflicto intenso y devastador motivado por Asunta Jordán, una mujer indómita y desafiante.
El elenco se expande con personajes como Lucha Zapata, quien simboliza la generosidad y el amor en contraste con la corrupción y la ambición desmedida de otros. Otros personajes clave incluyen a Filopáter, un cura rebelde; Max Monroy, un magnate poderoso; y Miguel Aparecido, un hombre que elige la cárcel como un refugio de su pasado. Todos ellos se mueven en un México descrito como una "narconación", donde el pasado y el presente se entrelazan trágicamente.
Fuentes aborda temas como la política, la filosofía, el existencialismo, el crimen y el amor con un estilo literario rico y a veces exigente. La narrativa, que algunos críticos han descrito como excesiva y repetitiva, requiere atención y paciencia, desembocando en un final que resuelve algunos misterios pero que sigue retando al lector a considerar las complejidades del poder y la moralidad.
"La voluntad y la fortuna" es una exploración de la voluntad humana y el azar, y cómo estos elementos configuran nuestras vidas y sociedades. Con esta obra, Carlos Fuentes no solo confirma su lugar como uno de los grandes narradores latinoamericanos, sino que también ofrece una reflexión penetrante sobre la naturaleza del poder, la corrupción y la búsqueda de redención en un mundo a menudo implacable y caótico.