Publicada en 1975, "Las guerras de nuestros antepasados" de Miguel Delibes es una novela dialogada que explora los conflictos internos y sociales a través de las conversaciones entre Pacífico Pérez, un recluso condenado por homicidio, y el médico de la prisión, el doctor Burgueño. A lo largo de siete encuentros nocturnos, en los que comparten una copita de anís, Pacífico narra su vida, marcada por la herencia de la violencia y la guerra que ha caracterizado a su familia y a su país.
Pacífico, originario de un pueblo pequeño y dotado de una sensibilidad casi enfermiza, revela cómo su entorno y su linaje han estado obsesionados con conflictos bélicos pasados, como la guerra civil española, la guerra de Marruecos y las contiendas carlistas. Esta constante conversación sobre guerras y la afirmación de que "tu guerra debe estar al caer" resuenan a lo largo de su infancia y juventud, prefigurando un destino que parece inevitable. A pesar de su naturaleza pacífica e ingenua, Pacífico se ve arrastrado hacia un camino de violencia, en un contexto donde cada hombre y mujer parecen destinados a enfrentar su propia guerra.
La estructura de la novela es singular, pues se compone casi exclusivamente de diálogos entre Pacífico y el doctor, con una breve introducción y un epílogo que enmarcan la historia. Esta técnica realza el dinamismo de la narrativa y permite que los personajes y sus voces cobren vida de manera directa y auténtica, reflejando el lenguaje coloquial del entorno rural de la época, que hoy en día se encuentra en desuso.
La novela no solo es un retrato íntimo de un hombre atrapado por las circunstancias y por la historia de su familia, sino también una crítica a una sociedad que perpetúa ciclos de violencia y enfrentamiento. El trágico desenlace de Pacífico, aplastado por las normas de una sociedad a la que nunca logró adaptarse, subraya la fatalidad de una vida predeterminada por los conflictos del pasado. "Las guerras de nuestros antepasados" invita a reflexionar sobre la influencia de la historia en las vidas individuales y sobre nuestra capacidad, o incapacidad, de escapar a los legados de violencia que heredamos.