En la turbulenta Bilbao de los años setenta, justo antes de las primeras elecciones democráticas en España, la sociedad se ve sacudida por el secuestro de un hombre perteneciente a una de las familias más influyentes y acaudaladas del país. "Las personas elegantes no tienen prisa", escrita por Aitor Gabilondo, nos sumerge en una historia donde el lujo y la decadencia moral se entrelazan irremediablemente.
El protagonista, Alberto Icaza, se convierte en el portavoz de su familia tras el secuestro. Este evento desencadena una serie de revelaciones que exponen no solo los oscuros secretos familiares, sino también los de Alberto. A medida que intenta manejar la crisis, descubre la podredumbre espiritual y moral que subyace en el mundo de poder y glamour en el que ha crecido.
Más allá del escándalo y las intrigas, Alberto enfrenta conflictos personales y descubre verdades sobre su propio matrimonio. Casado por conveniencia con una mujer joven, la relación se complica a medida que los secretos salen a la luz. La novela no solo es un retrato de una familia, sino también una exploración profunda de las relaciones personales en un contexto de crisis social y política.
A lo largo de la novela, Gabilondo, con su experiencia en guiones para cine y televisión, teje una narrativa que captura la esencia de una época convulsa y de una sociedad en transición. Los personajes son complejos y profundamente humanos, atrapados en una red de mentiras, ambición y deseo de redención.
Publicada por Espasa y extendiéndose a lo largo de 350 páginas, "Las personas elegantes no tienen prisa" es un reflejo de la lucha entre el deber y el deseo personal, entre la imagen pública y la verdad oculta. Con una prosa elegante y una trama que mantiene al lector en vilo, Gabilondo logra un balance perfecto entre el thriller político y el drama familiar. Esta novela no solo es un viaje a través de la historia reciente de España, sino también un examen introspectivo de lo que significa ser elegante en un mundo en constante prisa.