En "Legado en los huesos", la continuación de la aclamada trilogía del Baztán de Dolores Redondo, nos reencontramos con la inspectora Amaia Salazar, una figura de contrastes entre la fortaleza y la fragilidad. La historia arranca un año después de los sucesos del primer libro, "El guardián invisible", y nos sumerge de nuevo en el oscuro mundo del crimen y la mitología en el Valle del Baztán.
La trama comienza con Amaia acudiendo al juicio de Jasón Medina, acusado de crímenes horrendos contra su hijastra Johana Márquez. Sin embargo, el suicidio de Medina desencadena una serie de eventos que llevan a Amaia a enfrentarse a nuevos y perturbadores misterios. La aparición de una nota suicida con la palabra "Tarttalo" es solo el principio de una serie de crímenes que parecen estar conectados por una leyenda terrorífica del folklore vasco.
La novela gráfica, adaptada por Ernest Sala, mantiene la esencia de la narrativa de Redondo, mezclando la intriga policial con elementos sobrenaturales y culturales de la región. Las ilustraciones enriquecen la atmósfera tensa y misteriosa, permitiendo que el lector se sumerja visualmente en los escenarios y emociones de los personajes.
La historia se desarrolla con un ritmo que combina eficazmente la investigación detallada con el desarrollo personal de Amaia, quien, además de lidiar con los retos de su trabajo, enfrenta conflictos internos y familiares. Esto añade una capa de profundidad a la trama, humanizando a la protagonista y haciéndola más relatable.
Con una trama que mejora en solidez respecto a su predecesora, "Legado en los huesos" consolida la reputación de Redondo como una de las voces más destacadas del thriller contemporáneo en español. Aunque algunos lectores sienten que el desenlace es rápido, la novela mantiene un nivel de intriga y adicción que asegura que muchos buscarán la culminación de la trilogía en el próximo volumen.
Publicada por Planeta DeAgostini Cómics, esta novela gráfica no solo es una lectura obligatoria para los seguidores de la trilogía, sino también para aquellos aficionados al género negro y a las historias que entrelazan lo real con lo mítico. La adaptación gráfica ha sido bien recibida, destacándose por mantener la esencia y el espíritu de la novela original de Redondo, lo que promete capturar tanto a lectores recurrentes como a nuevos.