"Levantado del suelo" es una obra crucial en la bibliografía de José Saramago, marcando un punto definitorio en su evolución como escritor y posicionándolo entre los grandes narradores contemporáneos. Publicada en 1980, esta novela se sumerge en la vida del campesinado del Alentejo portugués a lo largo de casi siete décadas, desde 1910 hasta 1979, abarcando eventos significativos como la Revolución de los Claveles. A través de la saga familiar que narra, Saramago expone las duras realidades de la ignorancia, la pobreza y la sumisión que caracterizaban la vida rural bajo el dominio de los latifundios y el régimen de Salazar.
El título "Levantado del suelo" alude a la lucha diaria y literal de los campesinos para subsistir de una tierra que no poseen, enfrentando la explotación y la opresión de los terratenientes y un sistema político asfixiante. La novela destaca por su lenguaje, que, aunque arraigado en el habla rural, es elevado por Saramago a niveles de gran nobleza literaria. Su estilo, reconocido por su fluidez y su capacidad para fusionar ironía y profundidad emotiva, captura la esencia de una comunidad marcada por la desigualdad y la lucha constante por la dignidad y la libertad.
La narrativa se entrelaza con la historia política de Portugal, mostrando cómo los movimientos sindicales y las revueltas agrarias emergen como formas de resistencia contra la explotación. La novela culmina con la Revolución de los Claveles, un momento de efímera utopía que prometía un cambio radical pero que eventualmente deja a los personajes enfrentando las mismas estructuras de poder de siempre. Este desenlace no solo refleja la desilusión con los cambios políticos superficiales, sino que también subraya la persistencia del espíritu humano en su lucha por una vida mejor.
"Levantado del suelo" es, por tanto, más que una crónica de la vida rural portuguesa; es una obra que interpela sobre la condición humana, la justicia social y la memoria histórica. Con este libro, Saramago no solo consolida su voz única en la literatura, sino que también ofrece un retrato incisivo y compasivo de la lucha por la supervivencia y la justicia en un mundo dividido por las desigualdades. Su humanismo crítico y su profundo sentido de justicia resuenan a lo largo de toda la obra, haciendo de esta novela una lectura esencial para entender no solo el pasado de Portugal, sino también las luchas contemporáneas por la equidad y la libertad.