Los Blancos y los Azules (1867), la vibrante obra de Alejandro Dumas, nos sumerge en la turbulenta Francia de finales del siglo XVIII, marcando el inicio de su aclamada trilogía napoleónica. Ambientada entre 1793 y 1799, esta novela histórica captura el período desde el cierre de la era del terror revolucionario, a través del Directorio, hasta el ascenso de Napoleón Bonaparte, un arco que continúa en Los compañeros de Jehu y concluye con El Caballero de Sante-Hermine.
En 1794, Francia se encuentra en el apogeo del Terror, con sus fronteras amenazadas por enemigos externos y la lucha interna entre republicanos (azules) y realistas (blancos). En este contexto, un joven y ambicioso coronel llamado Bonaparte logra liberar Toulon de los ingleses, una victoria que le valdrá el ascenso a General de Brigada. Este acto heroico es solo el inicio de su fulgurante carrera militar y política.
Hacia 1795, ya en París, Bonaparte enfrenta una sublevación realista el 3 de octubre. Mientras tanto, desde las provincias, una banda insurgente conocida como la Compañía de Jehu, a la que pertenece el protagonista, el Comandante Sante-Hermine, se dirige a la capital. Sin embargo, sus esfuerzos son aplastados por las tropas de Napoleón, cuyo triunfo consolida su fama y fortalece su influencia sobre el Directorio, un gobierno de cinco miembros liderado por Barras, que busca evitar la concentración de poder en un solo individuo.
Tras su matrimonio con Josefina en marzo de 1796, Napoleón toma el mando del ejército de Italia, logrando victorias clave que no solo consolidan su posición sino que también defienden a Francia de las fuerzas austriacas y papales. Sin embargo, las elecciones de 1797 fortalecen a los realistas, preocupando a Barras y sus aliados. En respuesta, Bonaparte envía al General Augereau a París para liderar un golpe de estado que neutraliza políticamente a los “blancos”, restableciendo el dominio del Directorio pero aumentando su dependencia de Napoleón.
La creciente popularidad de Napoleón lo convierte en una amenaza para el mismo Directorio que lo ha elevado. En un intento de reducir su influencia, es enviado a Egipto. Este movimiento, lejos de disminuir su poder, solo añade a su leyenda, preparando el escenario para futuros desarrollos en la trilogía. Los Blancos y los Azules no solo es una narración apasionante de intrigas políticas y batallas, sino también una exploración meticulosa de un periodo crítico en la historia de Francia, contada con la maestría narrativa de Dumas.