En "Los colores del incendio," Pierre Lemaitre nos transporta a la Francia de la década de 1920, un periodo turbulento marcado por las secuelas de la Primera Guerra Mundial y el preludio de la Segunda. La novela arranca con la muerte de Marcel Pericourt en 1927, cuyo legado y dirección del banco familiar recaen en su hija Madeleine, una mujer recientemente separada y reticente a volver a casarse. Su nueva posición desencadena una serie de eventos que agitan tanto a su familia como al entorno socio-político de la época.
La primera parte del libro se centra en las repercusiones familiares y sociales del fallecimiento de Marcel, ofreciendo una visión íntima de la élite francesa entre guerras. A través de las vicisitudes de Madeleine y su hijo Paul, un personaje tan peculiar como su predecesor literario Etzel de "El caso Maurizius," Lemaitre teje una narrativa que refleja las tensiones y transformaciones de su tiempo, manteniendo al lector enganchado con una prosa cautivadora y un conocimiento profundo de la historia y la psicología humana.
En la segunda parte, la trama se inclina hacia la intriga, con estrategias y giros que rozan lo inverosímil pero nunca lo alcanzan completamente. Este segmento, aunque pueda parecer folletinesco, sigue arraigado en el meticuloso contexto histórico-social que Lemaitre ha construido meticulosamente. A pesar de su ocasional inclinación hacia el género negro, la novela no pierde su enfoque crítico hacia las dinámicas de poder y la emergente estructura económica que definiría el siglo.
"Los colores del incendio" no solo es una historia de traiciones y venganzas personales, sino que también refleja eventos globales como el Crack del 29 y el ascenso del nazismo. Con este libro, Lemaitre no solo continúa el legado narrativo iniciado con "Nos vemos allá arriba," sino que también establece las bases para lo que será una trilogía titulada "Los hijos del desastre." La profundidad psicológica y la vivacidad de sus personajes, especialmente Madeleine, destacan en una obra que es tanto una exploración de un periodo crítico como un retrato emocional intensamente personal y universal.
En resumen, "Los colores del incendio" es una obra recomendable que captura la complejidad de una era en transición y la eterna lucha humana por el poder, la supervivencia y la justicia. Lemaitre, con su habilidad para manejar los sentimientos del lector y su impecable investigación histórica, ofrece una novela que es tanto un placer leer como una reflexión sobre la influencia del pasado en nuestro presente.