"Los cosacos", una novela corta escrita por León Tolstói y publicada en 1863, ofrece una mirada profunda y personal sobre las vidas y las tradiciones de los pueblos cosacos del Cáucaso. A través de la lente de Dmitri Olenin, un joven noble desilusionado con su existencia privilegiada en la sociedad rusa, Tolstói explora temas de amor, identidad y la búsqueda de la autenticidad.
Olenin se alista en el ejército buscando escapar de la superficialidad de su vida en Moscú. Llega al Cáucaso durante las etapas finales de la Guerra del Cáucaso y se instala en una stanitsa, una aldea cosaca cerca del Río Térek. Allí conoce a Eroshka, un viejo cosaco con quien forma una amistad basada en largas jornadas de caza y conversaciones sobre la vida cosaca. A medida que Olenin se sumerge en esta nueva cultura, comienza a vestirse y a vivir como un cosaco, intentando encontrar la "integridad" que tanto anhela.
Su vida toma un giro inesperado cuando se enamora de Marianka, una joven del lugar que está comprometida con Lukashka, un cosaco respetado por sus proezas militares. Olenin lucha con sus sentimientos, enfrentando un dilema interno entre su deseo y la lealtad hacia su amigo Lukashka. A través de su amor no correspondido y su convivencia con los cosacos, Olenin experimenta una profunda transformación personal, cuestionando sus propios valores y su concepción del amor y la felicidad.
La trama se intensifica cuando Lukashka es gravemente herido en un enfrentamiento con chechenos, y Olenin tiene la oportunidad de expresar sus sentimientos a Marianka. Sin embargo, su propuesta es rechazada, lo que lo lleva a una profunda reflexión sobre su lugar en el mundo y la naturaleza del amor verdadero. La novela culmina con Olenin dándose cuenta de que la verdadera felicidad proviene de vivir para los demás, una lección que lleva consigo al dejar la stanitsa.
A través de "Los cosacos", Tolstói no solo ofrece un retrato vívido de la vida en el Cáucaso, sino que también presenta una crítica a la sociedad rusa de su tiempo, destacando la superficialidad y el materialismo de la aristocracia. Esta obra, alabada por contemporáneos como Iván Turguénev e Iván Bunin, sigue siendo una exploración conmovedora de la búsqueda del sentido de la vida y la autenticidad personal.