"Los cuadernos de Don Rigoberto", obra del laureado Mario Vargas Llosa, despliega un universo donde erotismo, arte y reflexión se entrelazan en la vida de sus personajes. Publicada en 1997, esta novela se alza como una exploración audaz de los deseos más íntimos y las fantasías que configuran nuestra percepción de la realidad y del arte.
La historia nos introduce en la vida de Rigoberto, un ejecutivo de seguros en Lima, quien se sumerge en la creación de unos cuadernos personales. Estos no son meros diarios, sino escaparates de sus fantasías eróticas y meditaciones sobre obras de arte que lo obsesionan. A través de estos escritos, Vargas Llosa teje un diálogo íntimo con el lector sobre la naturaleza del deseo y la inspiración artística.
Paralelamente, la trama se complica con la relación entre Fonchito, el hijo precoz de Rigoberto, y Lucrecia, la madrastra de Fonchito. Inspirado por el pintor Egon Schiele, Fonchito desarrolla una compleja fascinación por Lucrecia, deseando retratarla y amarla como Schiele lo hacía con sus musas. Esta interacción añade una capa de tensión y provoca interrogantes sobre los límites del arte y la moralidad.
La novela no solo es un recorrido por las obsesiones personales de sus personajes, sino también un homenaje a diversas expresiones artísticas. Vargas Llosa invoca obras de Gustave Courbet, Balthus, Johannes Vermeer, Man Ray, y otros, construyendo un puente entre la narrativa y las artes visuales que enriquece el texto. Además, la inclusión de reflexiones sobre temas como el feminismo y el naturalismo, aunque densas, pretenden ofrecer un contrapunto intelectual a la carga erótica de la narración.
"Los cuadernos de Don Rigoberto" es en esencia una invitación a contemplar la belleza, el arte y el deseo desde una perspectiva que desafía convenciones. Mario Vargas Llosa, con su característica maestría narrativa, nos ofrece un espejo donde las pasiones más ocultas se reflejan en la superficie de lo cotidiano y lo sublime.