En "Los cuentos como son", Rudyard Kipling canaliza su dolor y amor paternal en una colección de historias que inicialmente narró a su querida hija Josephine. Tras su prematura muerte en 1902, Kipling decide preservar la magia y el detalle con el que su hija insistía que se contaran las historias, compilándolas en este volumen como un tributo a su memoria y como un legado literario que trasciende el simple entretenimiento infantil.
Los cuentos de Kipling en este libro son fascinantes exploraciones ontogénicas; es decir, explican el origen de diversas características de animales y objetos que nos son familiares. A través de su ingeniosa narrativa, descubrimos cómo el elefante obtuvo su larga trompa, la razón detrás de las manchas del leopardo o el desarrollo del alfabeto. Cada relato es un viaje a una era donde el mundo tal como lo conocemos estaba aún tomando forma, invitando tanto a niños como a adultos a imaginar y a cuestionar el porqué de las cosas.
El estilo de escritura de Kipling en "Los cuentos como son" es juguetón y creativo, caracterizado por un uso peculiar de la puntuación y las mayúsculas, así como por ciertos "errores" gramaticales intencionales que añaden ritmo y énfasis a la narrativa. Este enfoque no solo entretiene, sino que destaca la importancia de los niños como oyentes activos y participativos de las historias, capaces de influir en la forma en que estas se cuentan y se recuerdan.
A diferencia de "El Libro de la Selva", cuya ambientación es principalmente la India, los cuentos de esta colección se desarrollan en variados paisajes que incluyen el Amazonas, Australia y África, ofreciendo un rico tapiz de escenarios que enriquecen cada aventura. A pesar de ser cuentos infantiles, Kipling evita moralizar directamente, optando en cambio por sutilezas que permiten a los lectores llegar a sus propias interpretaciones y aprendizajes.
La edición manejada por Angosta Editores, como parte de la Biblioteca Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, es notable no solo por su contenido, sino por su presentación física. Adornada con ilustraciones vibrantes y una traducción cuidadosa realizada por Héctor Abad Faciolince, esta edición no solo conserva el tono del original, sino que lo adapta de manera accesible para el público contemporáneo, haciendo de "Los cuentos como son" una obra imprescindible en cualquier biblioteca familiar.