En "Los fresones rojos", Esteban Navarro nos sumerge en una intrincada trama de crimen y misterio a través de su protagonista, Moisés Guzmán, un policía nacional destinado en la Oficina de Denuncias de la Comisaría de Huesca. La historia comienza cuando un médico de Zaragoza, amigo de un matrimonio de oncólogos asesinado hace trece años en Barcelona, se acerca a Guzmán con una propuesta inusual y peligrosa.
El médico solicita a Guzmán que investigue el brutal asesinato de sus amigos y que encuentre a la hija de la pareja, Alexia, que desapareció tras el crimen cuando tenía tan solo tres años. La única pista sobre su paradero es un distintivo antojo en forma de tres fresones rojos en la base de su espalda. Movido por el desafío y la promesa de una sustancial recompensa, Guzmán acepta el caso y solicita una excedencia en la policía para dedicarse por completo a la investigación.
Al llegar a Barcelona, Moisés descubre que no es el primero en tomar este encargo. Antes que él, tres detectives fueron contratados para el mismo fin, pero todos murieron asesinados cincuenta días después de comenzar sus investigaciones. Consciente del peligro que corre y del tiempo limitado que tiene, Guzmán se sumerge en un peligroso juego de gato y ratón en busca del asesino y de la niña desaparecida.
Con un estilo narrativo ágil y una trama que se desarrolla en escenarios meticulosamente descritos, Navarro consigue mantener el suspense y la tensión a lo largo de toda la novela. "Los fresones rojos" no solo es una historia de crimen y misterio, sino también una exploración de las profundidades del alma humana y de las cicatrices que el pasado puede dejar en ella. Esta obra confirma a Esteban Navarro como uno de los nombres destacados dentro del género negro y policiaco español, capaz de tejer historias que capturan y retienen al lector hasta la última página.
