"Los gallinazos sin plumas", un inquietante cuento del aclamado escritor peruano Julio Ramón Ribeyro, expone con crudeza la difícil realidad de la explotación infantil en Latinoamérica. Publicado por primera vez en 1955 en la colección homónima y más tarde incluido en "La palabra del mudo", este relato se ha convertido en un referente del realismo urbano en el Perú y es considerado uno de los mejores trabajos de Ribeyro.
La historia se centra en la vida de dos hermanos, Efraín y Enrique, quienes sufren bajo el yugo de su abuelo, don Santos, un anciano cojo y despiadado. Este personaje, que representa la figura del opresor, explota a sus nietos obligándolos a escarbar en los contenedores de basura de Lima para alimentar a su cerdo, símbolo de su insaciable codicia. La narrativa no solo destaca por su realismo sombrío sino también por la intensidad emocional con la que Ribeyro logra retratar la desesperanza y el abuso.
Redactado en París en 1954, Ribeyro compartió en sus memorias cómo el proceso de escritura de este cuento lo afectó profundamente, llevándolo a experimentar físicamente las emociones de sus personajes. Esta anécdota resalta la profunda conexión del autor con su obra y su habilidad para transmitir de manera vívida las penurias de sus personajes, haciendo que el lector no solo lea sus historias sino que las sienta y las viva.
"Los gallinazos sin plumas" no solo es una crítica a la explotación sino también una poderosa exploración del sufrimiento humano y la pérdida de la inocencia. Es un cuento esencial para entender no solo la obra de Ribeyro sino también el contexto social y cultural del Perú de mediados del siglo XX. A través de su escritura, Ribeyro invita a reflexionar sobre las sombrías realidades que enfrentan muchos niños en el mundo y la urgencia de reconocer y actuar contra tales injusticias.