En la vibrante Barcelona de 1387, las campanas de la iglesia de Santa María de la Mar marcan el ritmo de la vida en el barrio de la Ribera, resonando con especial significado para el joven Hugo Llor. Huérfano de padre, un marinero fallecido, Hugo, a sus doce años, encuentra trabajo en las atarazanas gracias a Arnau Estanyol, un respetado líder de la ciudad que se convierte en su mentor. Sin embargo, los sueños de Hugo de convertirse en constructor de barcos se enfrentan a una dura realidad cuando la familia Puig, enemigos de Arnau, utilizan su influencia con el nuevo rey para vengarse de viejas disputas.
Forzado a dejar el barrio de la Ribera, Hugo se une a Mahir, un judío dedicado al negocio del vino, quien le introduce en los secretos de la viticultura. En este nuevo mundo, Hugo no solo descubre su pasión por la tierra, sino también el amor en los ojos de Dolça, la hermosa sobrina de Mahir. Este amor, prohibido por las diferencias religiosas y sociales, traerá consigo tanto dulzura como amargura a la vida de Hugo.
Diez años después de "La Catedral del Mar", Ildefonso Falcones nos sumerge nuevamente en la Barcelona medieval, explorando la compleja sociedad feudal de la época a través de la vida de Hugo. Este joven lucha por superar las adversidades y mantener su dignidad en una sociedad que a menudo parece indiferente al sufrimiento de los más desfavorecidos. A través de traiciones, amistades y amores, Hugo debe navegar en un mundo donde la nobleza es tanto voluble como corrupta.
Aunque "Los herederos de la tierra" ha sido criticado por algunos lectores por su extensión y desarrollo de personajes, la novela ofrece una rica tapestria de la vida medieval y la persistente lucha por la justicia y el honor. Con una meticulosa atención al detalle histórico, Falcones recrea la atmósfera de una época marcada por profundas desigualdades y la constante lucha por el poder y la supervivencia.