En "Los puentes del mañana", Jan Guillou nos transporta al inicio del siglo XX para contarnos la historia de tres hermanos oriundos de un pequeño pueblo que deciden aventurarse hacia la ciudad en búsqueda de oportunidades y un futuro promisorio. Estos jóvenes no solo comparten lazos de sangre, sino también una destacada habilidad para la ingeniería, convirtiéndose en los mejores de su generación. Con Europa al filo de una revolución tecnológica, los hermanos se encuentran en el umbral de un mundo lleno de posibilidades expansivas.
La trama se desarrolla entre Noruega, Alemania y Tanganyika, ubicaciones que no solo añaden diversidad al relato sino que también son cruciales en la narrativa histórica de la época. Guillou utiliza estos escenarios para explorar los desarrollos tecnológicos y sociales que eventualmente darán forma al siglo XX. A través de sus protagonistas, el autor examina cómo la ingeniería no solo construye estructuras físicas, como los puentes que dan título a la obra, sino también puentes entre personas, culturas y países.
Más allá de la ingeniería y la historia, "Los puentes del mañana" es también un relato profundo sobre las relaciones humanas. Durante sus vidas, los hermanos experimentan la fuerza de la amistad, la complejidad de la confianza y el descubrimiento del amor. Estos temas universales se entrelazan con los eventos históricos y personales, creando un tapiz rico y emocional que cautiva al lector.
A pesar de sus 648 páginas, el libro puede sentirse denso en ocasiones, especialmente cuando Guillou se detiene en detalles de batallas que podrían parecer tangenciales al lector. Sin embargo, es precisamente este nivel de detalle el que ofrece una visión auténtica y bien investigada de la época, aunque a veces sacrifique el ritmo de la narrativa principal. Los aficionados a la historia y la ingeniería encontrarán en "Los puentes del mañana" una obra que no solo entretiene, sino que también educa sobre el impacto perdurable de la tecnología en nuestro desarrollo como sociedad.
Jan Guillou, con su estilo característico y su profundidad histórica, entrega en "Los puentes del mañana" una novela que desafía y enriquece, invitando a los lectores a reflexionar sobre el pasado tecnológico y humano que nos ha llevado hasta donde estamos. A pesar de las críticas sobre su extensión y ciertos desvíos narrativos, la novela permanece como un testimonio de la era de la ingeniería y un tributo a aquellos que construyeron los puentes que cruzamos hoy.