En "Malaherba", Manuel Jabois nos introduce en el complicado mundo de Tamburino, "Tambu", un niño de diez años que un día descubre a su padre inmóvil en su habitación, marcando el inicio de una serie de revelaciones que alterarán su percepción de la vida y la muerte. La llegada de un nuevo compañero de clase, Elvis, añade complejidad a su ya turbulento entorno, introduciéndolo en las complicadas dinámicas del amor y la sexualidad.
La narrativa, contada desde la perspectiva inocente y a veces confusa de Tambu, se sumerge en la dinámica de una familia luchando por mantenerse a flote. La madre de Tambu trabaja incansablemente, aunque con resultados mixtos, para sostener el hogar, mientras que su hermana mayor, Rebe, asume un rol más maternal que fraterno, proporcionando cuidado y protección en lugar de la camaradería típica entre hermanos. El padre, aunque físicamente presente, es una figura distante y enigmática cuya enfermedad no solo lo margina del núcleo familiar sino que también propaga una constante sensación de inestabilidad.
La vida escolar de Tambu y su interacción con Elvis abren un nuevo capítulo de autodescubrimiento. A través de Elvis, Tambu explora los límites de la amistad y los primeros atisbos del amor romántico, enfrentándose a sentimientos que trascienden la mera amistad. La narrativa también toca temas de identidad y expresión personal, como se ve en los momentos en que Tambu experimenta con el maquillaje de su madre, un acto de exploración más allá de las normas de género establecidas.
Además de los personajes principales, "Malaherba" está poblada de figuras secundarias que, aunque brevemente retratadas, son esenciales para comprender el entorno y las circunstancias de Tambu. Desde compañeros de clase hasta familiares como los abuelos y un tío, cada uno añade una capa de realismo y profundidad a la historia, mostrando diferentes facetas de la vida y las diversas formas en que los individuos pueden influir en los demás.
El final del libro, según algunos críticos, puede parecer abrupto o insatisfactorio, pero no resta valor al viaje emocional y social que Jabois dibuja con habilidad. "Malaherba" no solo es un estudio de personajes complejos y multifacéticos, sino también un comentario sobre la fragilidad y la resiliencia humanas, temas encapsulados en la dualidad del título y el juego de palabras entre los nombres de los personajes y sus significados subyacentes. A través de los ojos de Tambu, somos testigos de la pérdida de la inocencia y la dolorosa adquisición de la sabiduría.