En "Manual de pintura y caligrafía", José Saramago teje una narrativa introspectiva y crítica sobre la vida y el arte a través de las experiencias de H., un pintor que lucha con su propia mediocridad. Atrapado en la superficialidad de su existencia y su arte, H. se enfrenta a un desafío que pone en cuestión su visión del mundo y su identidad como creador cuando se ve obligado a retratar a S., un poderoso administrador de empresa. Este encargo, lejos de ser una simple tarea, se convierte en el catalizador de un profundo autoexamen.
Al darse cuenta de las limitaciones de su arte, H. decide embarcarse en un proyecto paralelo y secreto: la creación de un segundo retrato de S., esta vez menos convencional y más verdadero a la esencia del sujeto. Paralelamente, comienza a redactar un diario personal, una práctica que le permite explorar y articular sus pensamientos, sus frustraciones con su obra, y su perspectiva sobre las relaciones personales y la vida en general.
La narrativa avanza entrelazando la evolución del retrato de S. con la transformación interna de H., quien gradualmente descubre un sentido más profundo en su arte y en su existencia. Este viaje introspectivo y creativo se ve dramáticamente influenciado por el contexto político de la época, marcado por la caída del régimen fascista en Portugal y el inicio de la Revolución de los Claveles, simbolizando no solo un cambio político, sino también un despertar personal y artístico para H.
"Manual de pintura y caligrafía" es una reflexión sobre la necesidad del artista de comprometerse éticamente con su trabajo y con el mundo, abordando temas de autenticidad, libertad y la búsqueda de la verdad a través del arte. Saramago, con su estilo narrativo distintivo, invita al lector a cuestionar la realidad, desmitificar la historia y explorar la complejidad de la condición humana. Este libro no solo captura la lucha de un artista por encontrar su voz, sino que también resalta la capacidad del arte para influir y reflejar cambios sociales y personales.
En definitiva, este trabajo de Saramago es una poderosa indagación sobre cómo el arte y la vida se entrelazan, haciendo eco de las voces críticas que lo describen como un narrador capaz de entender y explicar realidades esquivas con compasión, ironía y una profunda sensibilidad humanista.