En "Matar es fácil", una intrigante novela policíaca de Agatha Christie, la tranquilidad de un viaje en tren se ve interrumpida cuando Luke Fitzwilliam conoce a la señorita Pinkerton, una anciana que parece conocer demasiado sobre una serie de muertes misteriosas en el pequeño pueblo de Wychwood. Pinkerton confía en él que el próximo en la lista mortal es el doctor Humbleby.
Al día siguiente, la realidad supera la ficción: no solo el doctor Humbleby aparece muerto, sino que la propia señorita Pinkerton muere en un aparente accidente cerca de una comisaría en Londres. Convencido de que no son coincidencias, Fitzwilliam, un ex policía, decide investigar por su cuenta. Se instala en Wychwood bajo el disfraz de un escritor en busca de inspiración para su próxima novela, pero su verdadero propósito es desvelar al asesino antes de que más sangre sea derramada.
En Wychwood, Fitzwilliam se encuentra con un mosaico de personajes que parecen esconder más de lo que muestran. A medida que profundiza en la vida del pueblo, descubre que cada muerte parece estar meticulosamente planeada y que el asesino siempre está un paso adelante. Con cada pista que sigue, el peligro se intensifica y Fitzwilliam debe usar todo su ingenio y experiencia para atrapar al culpable antes de convertirse en la próxima víctima.
Agatha Christie teje una red de misterio y suspense en "Matar es fácil", donde el encanto de un pequeño pueblo inglés se contrapone con la oscuridad de los secretos que guarda. Esta novela es un brillante ejemplo del dominio de Christie sobre el género policíaco, manteniendo al lector en vilo hasta la última página.
