Mira las luces, amor mío de Annie Ernaux es una exploración introspectiva y minuciosa de la vida cotidiana a través de un escenario poco convencional: el supermercado. Este libro se desvía de las narraciones tradicionales al no tener una trama o acción definida, sino que se centra en la observación aguda de las interacciones y comportamientos humanos en un espacio común y a menudo ignorado en la literatura.
Ernaux elige el supermercado no solo por su accesibilidad y la diversidad de personas que lo frecuentan, sino también por su capacidad para revelar las estructuras sociales, económicas y culturales subyacentes. A través de sus páginas, la autora desentraña cómo este espacio público refleja las desigualdades y las dinámicas sociales del mundo contemporáneo. Describe, por ejemplo, cómo el acto de pagar en la caja se convierte en un momento de tensión social, donde los productos que compramos y cómo los pagamos pueden decir mucho sobre nuestra situación económica, hábitos alimenticios y hasta la estructura de nuestras familias.
Con una prosa precisa y penetrante, Ernaux convierte situaciones mundanas como elegir productos o esperar en la fila en observaciones significativas sobre la vida moderna. Cuestiona por qué ciertos espacios, como los supermercados, tardan en ser reconocidos y representados en la literatura, destacando la importancia de estos "no-lugares" en nuestra comprensión de la sociedad actual.
El libro también se adentra en aspectos más filosóficos y críticos, como la relación entre consumo y afecto, especialmente visible en la interacción de los padres con sus hijos dentro de estos espacios comerciales. Ernaux sugiere que en la economía de mercado, mostrar amor a menudo se traduce en comprar más. Además, reflexiona sobre la escasez de asientos en los supermercados, comparándolos con los lugares de trabajo diseñados para minimizar las pausas y maximizar la productividad.
En Mira las luces, amor mío, Ernaux no solo ofrece un retrato detallado de la vida cotidiana en un supermercado, sino que también proporciona una crítica cultural y social, empleando el espacio del supermercado como un microcosmos de la sociedad. Su obra destaca cómo lo ordinario y lo cotidiano pueden ser extraordinariamente reveladores, invitando a los lectores a mirar de nuevo y a pensar diferente sobre los espacios que frecuentan diariamente.