"Nunca duermas con extraños" de Heather Graham es una novela de misterio y suspense ambientada en el sombrío y evocador entorno de un castillo escocés. La trama se centra en Jon Stuart, un hombre marcado por la sospecha de haber asesinado a su esposa Cassandra, quien murió al caer desde el balcón de su ancestral hogar. A pesar de que el incidente fue declarado un accidente, la sombra de la duda nunca dejó de perseguir a Jon.
Decidido a limpiar su nombre y descubrir al verdadero culpable, Jon convoca a todos los sospechosos a una reunión en el castillo, el lugar del trágico suceso. Entre pasadizos ocultos y calabozos, los secretos comienzan a aflorar mientras viejos amores y rencores se reavivan, creando un ambiente cargado de tensión y misterio.
La narrativa de Graham es ágil y está repleta de giros inesperados que mantienen al lector en vilo. A través de una serie de pistas y revelaciones, la historia se desarrolla en un constante ir y venir de sospechas que desafían al lector a identificar al asesino antes de llegar a la conclusión. Los personajes secundarios, como el ayudante de Jon y varios escritores invitados, añaden capas de complejidad e intriga al relato, cada uno con sus propias motivaciones y secretos.
Uno de los elementos más atmosféricos del libro es el museo de cera situado en los sótanos del castillo, que no solo añade un toque de terror gótico a la narrativa, sino que también juega un papel crucial en la resolución del misterio. La protagonista femenina, Sabrina, se encuentra en una encrucijada personal, debatiéndose entre su exmarido que busca reconciliarse y la nueva atracción que siente hacia Jon, complicando aún más la trama.
Heather Graham consigue entrelazar estos elementos con habilidad, creando una novela que, aunque puede parecer confusa en algunos puntos debido a su complejidad y al gran número de personajes, resulta en una lectura envolvente y satisfactoria. "Nunca duermas con extraños" es una propuesta intrigante para los aficionados a los misterios clásicos con un toque moderno, donde cada detalle puede ser una pista y cada personaje, un sospechoso.